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lunes, 12 de abril de 2021

"YA ES NAVIDAD" EN LA DEHESA EXTREMEÑA.

Ellas son consideradas los sustitutos de los antiguos bosques. Ellas pueblan lo que eran antes los campos de labor en las tierras extremeñas. Ellas no son consideradas como buenas para la ganadería y el laboreo. Ellas llaman al fuego al ser pirófitas. Ellas son las que componen el sotobosque mediterráneo. A ellas les gusta los suelos ácidos y no los calizos. Ellas no son precisamente un atractivo turístico….A pesar de todo, y gracias a ellas, los Montes y las Sierras de Extremadura  aparecen "nevados” cada primavera.

Las Jaras (Cistus ladanifer), plantas arbustivas, leñosas y perennifolias,  llenan los campos de Extremadura de un moteado blanco, cual nevada hubiera acontecido minutos antes. 


Junto con Escobonales, Cantuesales y Brezales forman una policromía en nuestras sierras dignas del más bello lienzo paisajístico.


Este es un espectáculo natural  aún no tiene nombre, pero que el día que se sepa admirar esta belleza, efímera, eso sí, Extremadura sumará un punto más a esa nota sobresaliente que ya tiene en recursos naturales y turísticos.

©Emilio J. Orovengua

sábado, 23 de enero de 2021

EL BOSQUE MEDITERRÁNEO I: FLORA MEDITERRÁNEA

En esta primera parte , intentaré hablar de la forma general, pero a la vez lo más rigurosa posible, sobre lo que comprende el ecosistema mediterráneo, sobre todo el extremeño, incluyendo, claro ésta, su Flora y Fauna y la importancia que tienen plantas y animales para el mantenimiento del equilibrio ecológico en el bosque mediterráneo, sin dejar a tras la incidencia que ha tenido y tiene el hombre sobre este tipo de hábitat tan peculiar.

El bosque mediterráneo gobierna la mayor parte del territorio español, a excepción de la franja norteña donde el clima y las condiciones ambientales son distintas y donde reina sobre todo el clima y el Bosque Atlántico. A su vez, el bosque mediterráneo está caracterizado por un clima donde destaca la irregularidad de las precipitaciones a la largo del año, según la cual los meses más lluviosos se corresponden con el otoño y la primavera, seguido de un verano seco donde las precipitaciones brillan por su ausencia y es cuando se dan las mayores temperaturas.

En esta primera parte les contaré algo sobre la flora que adorna nuestro bosque mediterráneo, haciendo una clasificación de los vegetales más representativos y de la importancia que tienen en relación a otros organismos. De forma general, el bosque mediterráneo es un ecosistema formado básicamente por plantas perennifolias y una gran diversidad del estrato arbustivo.

Todo el bosque mediterráneo está adaptado para sobrevivir al exigente clima que éste posee, y sobre todo la mayoría de sus adaptaciones van encaminadas a evitar la perdida del agua en los calurosos días de verano. Están adaptadas a la extrema sequía y para ello han desarrollado una serie de estructuras que les permiten sobrevivir a la sequía del estío. La más sobresaliente es que todos los árboles mediterráneos poseen hojas esclerófilas, es decir, hojas con una cutícula dura e impermeable para no perder agua. También poseen unos estomas (válvulas de transpiración en las hojas) que se sitúan en el envés de la hoja (parte de abajo) en unas pequeñas cavidades rodeadas de pelos.

Los árboles más representativos son :

La Encina (Quercus rotundifolia), pertenece a la familia de las Fagáceas. Posee un tronco grueso y corto, con una copa que se distribuye ampliamente y su fruto es la bellota. Es un árbol perfectamente adaptado a vivir sobre los suelos más dispares y con condiciones climatológicas muy versátiles ( está mejor adaptado que el alcornoque).


Encina

El Alcornoque (Quercus suber), pertenece a la misma familia que la encina, pero tiene características propias que lo diferencian de la encina. Aunque su porte y tamaño es muy similar al de la encina, se distingue porque su corteza es mucho más gruesa de donde se extrae en corcho o suber. Su fruto es la bellota y aunque es un árbol típico español y portugués, también se encuentras en otras zonas como las Balcánicas. Es un árbol adaptado al clima mediterráneo, pero no se encuentra en suelos cálcicos (con cal). Puede decirse también del alcornoque que es uno de los árboles más evolucionados del bosque ibérico, ya que el corcho no es sido una protección contra el fuego que esta especie de fagácea a desarrollado a lo largo de los siglos.

Alcornoque


También hay Acebuches (Olea europeae), Castaños (Castanea sativa y Aesculus hippocastanum) y otros muchos árboles no autóctonos de este bosque, que aunque no son tan representativos como la encina o el alcornoque, cumplen una función vital para el mantenimiento de este bosque.

Pero si algo distingue el bosque mediterráneo del resto de ecosistemas es la de plantas arbustivas y matorrales, todos consecuencia de la degradación y la degeneración de bosques enteros de encinares y alcornocales :

Jarales : La presencia de jaras en el ecosistema mediterráneo es debido a la degeneración de encinas y alcornoques. Puede decirse que los jarales son sustitutos de bosques. Habitan en suelos ácidos haciendo difícil la proliferación de otras especies. Principalmente ocupan las extensiones de bosques que han sido arrasadas por el fuego. El jaral mediterráneo está constituido básicamente por una especie, la Jara Pringosa ( Cistus ladanifer).

Flor de la Jara Pringosa



Madroñales : Los madroños son arbustos con un tamaño considerable y que habitan lugares frescos de las sierras donde antes existía el alcornoque. Los madroñales están compuestos básicamente por una especie, Arbustus unedo. 

Madroñera llena de madroños


Brezales : Aunque su distribución y su abundancia no es mucha, reina sobre todo en las umbrías de las sierras, en lugares frescos y con una cierta humedad. Su especie más sobresaliente es la Erica australis



Brezal en la umbría serrana


Escobonales y Retamares : De forma general, predominan en los llanos mediterráneos las Retamas (Retama sphaerocarpa), acompañada a veces por Escobonales de la especie Cytisus scoparius. Ambas especies son beneficiosas para el pastoreo y la ganadería, ya que poseen la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico gracias a unos nódulos que poseen en sus raíces y que permite obtener a la planta una sencilla y beneficiosa fuente de nitrógeno en forma de amoniaco que posteriormente utilizará para formar las partes verdes de la planta (sobre todo hojas).

Retama en plena floración


Junto con los Tomillares, Cantuesales y algunos Tamujares, todos estos sistemas de matorral adornan el suelo del ecosistema mediterráneo, acompañados en las alturas por encinas y alcornoques, fundamentalmente.

Su importancia ecológica para el mantenimiento del ecosistema mediterráneo es vital. Los grandes árboles como encinas y alcornoques alimentan la fauna omnívora y herbívora del bosque mediterráneo con su energético fruto, la bellota, además de servir como lugar de anidación de multitud de rapaces mediterráneas entre las que destaca el Águila Imperial Ibérica . El matorral mediterráneo por su parte permite la supervivencia de innumerables animales (sobre todo aves) durante la estación fría, además de ser el refugio o cobijo de muchos micromamíferos, gracias a la producción de frutas y frutillos tales como madroños y bayas de distintas clases. Esto a provocado que las aves de pequeño tamaño cambien su hábito alimenticio durante el invierno para no tener que migrar a otros lugares en busca de su sustento habitual. Y aquí es donde radica la importancia del matorral, gracias a éste hay vida en el bosque mediterráneo durante el invierno. Pero además de servir de alimento a pajarillos, los frutillos también permiten la supervivencia de carnívoros...

©Emilio J. Orovengua.

miércoles, 1 de julio de 2020

MUSGOS Y LÍQUENES

Los musgos y líquenes son dos grupos de plantas relativamente pequeñas que frecuentemente crecen juntas y se pueden confundir entre sí. La realidad es que no tienen ningún parentesco.

Los MUSGOS son plantas con hojas, sin flores y que suelen desarrollarse en pulcras almohadillas o alfombras verdes y en lugares sombríos o de umbría. Si examinan y observan con atención se verá que cada grupo se compone de numerosos tallos separados, de varios centímetros de largo. Cada tallo tiene varias hojas muy delicadas, pero carece de verdadera raíz. En ciertas épocas del año pueden verse apretados manojos de hojas que parecen flores. Allí se forman las células masculinas y femeninas.

La fertilización no puede producirse en condiciones secas , por ello sólo suelen encontrarse musgos en hábitats húmedos, aunque algunos puedan sobrevivir a intensas sequías. Después de la fertilización, la células femenina se transforma en un esporangio, el cual se eleva desde el pedicelo desde la punta del tallo del musgo. El esporangio tierno puede ser erecto o colgante, pero siempre lleva sobre él una especie de caperuza. Ésta cae finalmente dejando al descubierto otro sombrerillo. Al madurar las esporas en el interior, el sombrerillo llega a despegarse de un modo u otro y en muchas especies descubre una serie de dientes  radiantes.

Experimento: Los dientes son sensibles a la humedad y permanecen cerrados en tiempo húmedo, pero si se recogen algunas cápsulas y se secan por fuera se verá como los dientes se curvan hacia atrás para dejar escapar las esporas. Tras sacudir algunas esporas sobre el papel secante, manténgase húmedo y se verá que las esporas emiten unos diminutos filamentos, de los cuales brotarán nuevos musgos.

Los LÍQUENES son organismos extremadamente resistentes que consisten en la “alianza” de un hongo ( microbionte ) y una alga ( fotobionte) en una perfecta simbiosis. El Hongo aporta protección frente a la desecación y la radiación del sol y el Alga su capacidad fotosintética.

Los colores dominantes en los líquenes son el gris y el verde, pero existen también especies  rojas y anaranjadas.


Se pueden encontrar desde altos desfiladeros de montaña, donde rara vez sobrepasa el punto de congelación, hasta crecer en rocas donde el sol da tan fuerte que están demasiado caliente para poder tocar. También los podemos encontrar en acantilados costeros, tapias, troncos de árboles y áridos suelos de terrenos baldíos.

Aunque los líquenes son muy resistentes a las condiciones atmosféricas y su capacidad de adaptación a medios con escasos nutrientes los hace colonizadores primarios de casi todos los ecosistemas conocidos, hay un tipo de condición ambiental que llevan muy mal: la contaminación. Por ello, no es normal encontrar líquenes en las grandes ciudades, pero si en algunas más pequeñas y pueblos donde el aire que se respira es más puro. Son unos excelentes bioindicadores o indicadores de condiciones ambientales, ya que al no poseer raíces tiene que tomar de la atmósfera todos los nutrientes, entre ellos los contaminantes que acumulan fácilmente en su interior. Así pues, son los perfectos vigilantes de la calidad del aire y de nuestra salud.

Experimento: Partiendo del centro de una gran ciudad y alejándose poco a poco hacia el exterior de la misma, a intervalos convenientes, contamos la cantidad de placas de líquenes que  nos encontramos en paredes y troncos de árboles. A medida que vayamos avanzando y nos alejemos de la contaminación, irán apareciendo más líquenes.


martes, 1 de agosto de 2017

ALCORNOQUES Y ENCINAS: REYES Y REINAS DEL BOSQUE MEDITERRÁNEO.

Sierra de San Pedro, Extremadura, 4 de la tarde, un día cualquiera de la segunda quincena de Junio…

El silencio en las horas vespertinas en el monte mediterráneo sólo lo rompe el estridente sonido de  los cantos amorosos de las cigarras. Una familia de ciervos ibéricos pasan la siesta extremeña a la sombra de un imponente alcornoque jadeando, esperando que pasen las horas de más calor y caiga el atardecer para acudir fieles a su cita diaria en el abrevadero.

Cigarra

El estío  extremeño, mediterráneo, roza lo inhumano a estas horas…Sobrepasa la resistencia de muchos seres vivos, colapsa la respiración y estrangula la fisiología de los cuerpos hasta casi deshidratarlos. Todos los seres vivos, se han tenido que adaptar a estas condiciones estacionales tan excepcionales y duras, especialmente las vegetales al carecer de movimiento y permanacer perpétuas desde que nacen.

La Encinas y Alcornoques son algunas de estas especies vegetales que soportan este calor infernal verano tras verano y crean ese mosaico único, eficiente, que es la Dehesa Extremeña que alimenta reses y ganado y que se proclama como una distribución cuasi-perfecta donde conviven la fauna doméstica y salvaje en armonía.

Un corderito con hambre...

Reyes y Reinas, Alcornoques y Encinas ¿Qué los hacen tan especiales para poder sobrevivir? Ambas especies han evolucionado a lo largo de milenios para adaptarse a estos cambios climatológicos estacionales tan extremos. Cada especie, en su parcela; han sido capaces de desarrollar  y adaptar estructuras y estrategias fisiológicas , modificar sistemas internos o crear escudos ignífugos para protegerse de una de las lacras de los veranos españoles: los incendios forestales.

La Encina, es una especie de árbol que pertenece a la familia de las Fagáceas, familia a la cual pertenece también el Alcornoque, el Castaño o el Roble. Es uno de los árboles con mayor dispersión y abundancia en el Sur de Europa donde  el Clima Mediterráneo impone sus duras condiciones tanto en verano como en invierno, tanto por sus temperaturas como por la pluviosidad anual. Ante esta adversidad, esta fagácea ha desarrollado sorprendentes estrategias de supervivencia, dignas de un náufrago en una isla solitaria…

Encina

Estas son las increíbles adaptaciones desarrolladas la Encina para soportar los tórridos calores estivales:
  • ESTRUCTURA. Si miramos una típica en perspectiva, veremos que se parece más a una seta que a un rascacielos. Raramente superan los 18 metros de altura, su porte es bajo y su hermosa copa está sustentada por un tronco ancho y poderoso. Esta forma “achaparrada”, de ahí en muchas zonas del sur peninsular se las llame “chaparro o chaparra”, tiene sus ventajas: Proporciona una buena sombra al tronco leñoso y al perímetro de suelo en la base que cubre, disminuyendo la temperatura de una forma más eficiente que por ejemplo, un castaño. Es un árbol de hoja perenne, no renuevan sus hojas cada año con el cambio de estación, sólo cuando éstas pierden su función caen del árbol. Esto es una ventaja en condiciones de poca agua, ya que renovar todo el follaje con recursos hídricos tan limitados condenaría a la muerte a estos árboles. La intensa radiación solar que soportan estos árboles en verano también los ha hecho adaptarse para que sus hojas se dispongan de una forma desordenada y perpendicular al suelo, no de forma horizontal como es lo que habitualmente vemos en los árboles de un parque. De esta forma, minimizan la incidencia directa de la luz solar sobre sus hojas y esquivan su radiación, así evitan deshidratarse.
  • HOJAS. En las hojas está la clave de “la superresistencia” de esta especie vegetal. Pura ingeniería de fisiología vegetal. Las hojas de las encinas son muy pequeñas, se ha reducido para tener un máximo de eficiencia con el mejor tamaño posible. De la encina se dice que es una especie vegetal esclerófila y este nombre proviene de que sus hojas están recubiertas por compuestos céreos lo que provoca el endurecimiento de su cutícula. Además, este tejido foliar está enriquecido con lignina, lo que también aumenta este endurecimiento del tejido esclerinquimatico. Sus estomas se sitúan en el envés de las hojas, protegidos por una masa de pelillos blanquecinos. Y todo esto ¿Para qué? Para evitar la evapotranspiración, o lo que es lo mismo, minimizar al máximo la pérdida de agua, así de esta manera queda más agua dentro del árbol para cuando tenga necesidad.
  • FOTOSÍNTESIS. Las Encinas, también han adaptado su “alimentación” a través del proceso fotosintético para cuando las condiciones de calor son extremas. Realizan la fotosíntesis en las primeras horas del día o ya cuando cae el ocaso, durante el resto del día, a 40 grados de temperatura o más, cierran sus estomas y reducen este proceso al mínimo.
El Alcornoque, el segundo protagonista de este artículo, ha desarrollado estrategias diferentes que la Encina para soportar los calores extremos estivales, aunque con el mismo fin: evitar deshidratarse.

Alcornoque

Alcornoque descorchado


Estas son las increíbles adaptaciones desarrolladas del Alcornoque para soportar los tórridos calores estivales y sobrevivir tras un incendio forestal:
  • ESTRUCTURA. Los Alcornoques llegan a medir hasta 25 metros de altura y su copa no resulta tan generosa como la de la Encina, aunque su función frente al calor. Es un árbol con hoja perenne, y estas hojas poseen tricomas (pelillos) que aumentan el aislamiento y son capaces de retener las pequeñas gotas de rocío aunque haya muy poca humedad.
  • EL CORCHO. La corteza suberosa del Alcornoque es una estructura que aisla, recubre y protege a esta especie vegetal frente a las condiciones extremas. Tiene la misión natural de protegerlo frente a los numerosos incendios que cada año, y cada vez con más frecuencia, se dan en el periodo estival en la Península Ibérica. Si en las Encinas la clave está en su hojas superespecializadas, en los Alcornoques la clave está en “la piel” que lo recubre…Se produce a partir del felógeno desde el interior del árbol hacia el exterior donde se transforma en suber o felema, una estructura compuesta de células muertas llenas de un gas similar al aire y es el 90% de volumen de las mismas. El Corcho es una especie de esponja con compartimentos estancos rodeados de una pared celular de suberina y cerina que lo hacen ignífugo, flexible, blando. ¿Y qué ocurre cuando el fuego abrasa un Alcornoque? Pues que la parte interna de la corcha se cierra por efecto del calor y evita la entrada de oxígeno y la combustión, protegiendo las partes internas del árbol y rebrotando en la siguiente estación. Gracias a estos poderosos escudos naturales, la supervivencia de un alcornocal está por encima del 70% tras el paso de un incendio, dependiendo eso sí, del espesor de su corteza y de cuando se haya producido su descorche o “saca”.

Alcornoques abrasados. A día de hoy siguen vivos.

Distintas estrategias para sobrevivir en los extremos climáticos del bosque mediterráneo, que según las últimas investigaciones del Departamento de Ecología de la Universidad de Córdoba, irán a más en los próximos 100 años provocando la desaparición de muchos de estos “reyes y reinas” y reduciendo el bosque mediterráneo a matorral y arbustos, todo ello por el efecto del Cambio Climático y el aumento de las temperaturas.

¿El futuro del Bosque Mediterráneo...?

©Emilio J. Orovengua

sábado, 11 de octubre de 2014

LA VARIEDAD DE ESPECIES MEJORA LA REGENERACIÓN DE LOS BOSQUES MEDITERRÁNEOS

Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han comprobado cómo en los bosques mediterráneos se produce un reemplazo de especies arbóreas que, además de no suponer un detrimento de las poblaciones,  favorece la coexistencia de distintas especies a largo plazo.
Los científicos han analizado cuatro árboles mediterráneos – la encina, Quercus ilex, el quejigo, Quercus faginea, el pino laricio, Pinus nigra y la sabina albar, Juniperus thurifera–, haciendo el seguimiento durante dos años de las 3.800 semillas de cada especie que plantaron en los bosques mediterráneos del Parque Natural del Alto Tajo, Guadalajara.

El objetivo era determinar qué factores influyen en que las semillas se conviertan en individuos adultos. “Los resultados revelan patrones y mecanismos involucrados en las limitaciones de la regeneración, que añaden complejidad a la ya conocida mortalidad por sequía en ecosistemas mediterráneos”, explica Elena Granda, investigadora del MNCN.
Tras relacionar los procesos que influyen en la viabilidad de las semillas (la depredación, las infecciones o las sequías) con la composición de especies dominantes de cada masa forestal, han detectado que el bosque tiene mecanismos para garantizar la estabilidad de los ecosistemas y la coexistencia de las especies arbóreas.
El bosque tiene mecanismos para garantizar la estabilidad de los ecosistemas y la coexistencia de las especies arbóreas
“Uno de estos mecanismos es la facilitación, que hace que los individuos adultos mitiguen el estrés hídrico producido por las sequías a través, por ejemplo, de la reducción en los niveles de radiación o de una mayor disponibilidad de agua bajo las copas; otro es la mortalidad denso-dependiente según la cual la probabilidad de que una semilla se convierta en un individuo adulto disminuye en zonas donde abunda su especie”, continúa Granda.
Las semillas y las plántulas están más expuestas a posibles depredadores allí donde la presencia de su especie es mayor porque sus enemigos naturales, hongos y depredadores, también son más abundantes en estas zonas.
Ninguna de las especies a las que se les ha hecho el seguimiento se ha regenerado mejor donde su misma especie era la dominante. “Parece que la coexistencia de especies arbóreas está favorecida por factores que van más allá de aquellos únicamente climáticos”, concluye la investigadora.
Referencia bibliográfica: 
Granda, E., Escudero, A. y Valladares, F. (2014) More than just drought: complexity of recruitment patterns in Mediterranean forests. Oecologia DOI: 10.1007/s00442-014-3064
FUENTE: SINC

martes, 13 de diciembre de 2011

LA MUERTE DEL ALCORNOQUE "EL ABUELO"


Más de 500 años desplomados de golpe y porrazo sobre la dehesa. Es lo que ha pasado con el alcornoque de la finca La Herguijuela, uno de los árboles declarados singulares por la Junta de Extremadura. El domingo día 4 cayó a plomo.
No aguantó más el peso de unas ramas cuya poda estaba especialmente vigilada por los agentes de medio ambiente, un exceso de proteccionismo que al final ha dejado en el aire la duda de si se le hubiera podido alargar o incluso salvar la vida si se le hubiera aplicado con mesura la tijera.
El propietario de la finca en la que estaba ubicado, en el entorno del Parque Nacional de Monfragüe, cuenta que hace veintitantos años el árbol estaba sano y con vitalidad. «Con el montón de ideas proteccionistas que aparecieron dejamos de sacarle el corcho; los biólogos de la Junta aconsejaron no tocar un árbol tan singular para de esta forma no causarle ningún estrés», explica Miguel Cremades. A partir de ese momento, el ejemplar empezó a verse atacado por hongos en su corteza, a perder vitalidad y aparecieron el gusano 'cerambys' y las ramas secas.
A pesar de ello, hace 10 años el personal de la finca probó a hacerle una poda muy discreta que consiguió que ganase algo de vitalidad.
«Enseguida vinieron los agentes medioambientales a decirnos que cómo habíamos hecho aquello sin su permiso, con lo que no hemos vuelto a ocuparnos del árbol con las consecuencias que ahora vemos», confiesa Cremades, que cree que la muerte de este alcornoque debería servir para replantearse si la política forestal que se aplica en Extremadura es la adecuada.
Este Abuelo recién fallecido es lo que los expertos califican como un rodal selecto. Se trata de un árbol padre del que se han ido repartiendo hijos por toda Extremadura. Ahora, tendido sobre la dehesa del norte de Cáceres, se le han estado buscando bellotas con las que crear un pequeño vivero que le otorgase todavía más pervivencia, pero no se ha encontrado ni un solo fruto.
Los daba en mejores tiempos, cuando era un árbol sano al que se también se le sacaba buen corcho, una práctica que se dejó por miedo a las restricciones a las que su singularidad legalmente obligaba.
Selecto grupo
Su muerte limita a treinta el número de árboles que cuentan con esta calificación en toda la comunidad autónoma. Ejemplares que se encuentran dentro de un selecto grupo que viene a representar la aristocracia de la botánica regional.
Se les distingue por ser distintos de los demás, ya sea por su envergadura, edad, rareza en lo que se refiere a número o distribución, por tener un desarrollo particular, sitio en el que se encuentran ubicados, especificidades científicas o por estar relacionados con eventos históricos, culturales o populares de interés. Una distinción en cualquiera de los casos que no acarrea para sus propietarios beneficio económico alguno y sí la obligación de limitar la actuación sobre ellos.
Así queda recogido en la Ley de 1999 que desarrolló esta declaración de singularidad. Un texto en el que se indica que no se pueden cortar, arrancar ni dañar. Sus dueños deben someterse a la autorización de la administración en el caso de que quieran aplicar tratamientos silvícolas o fitosanitarios, o bien aprovechar sus frutos y corcho.
Es lo que pasaba hasta hace dos días con este 'Abuelo', un nombre que también se aplica a muchos otros árboles que cuentan con la misma protección.
FUENTE: HOY.es

sábado, 11 de junio de 2011

LA SECA: EL CANCER DE LA DEHESA

Detectada hacia 1991, “la Seca de los Quercus”, encinas y alcornoques, siembra nuestras dehesas y sotobosques de una muerte silenciosa aún no controlada.

La Seca provoca la desecación de encinas y alcornoques, causando un tremendo daño en todo el monte mediterráneo español. La Seca ha matado en algunas zonas más encinas y alcornoques que los incendios forestales que año tras año sacuden la Península Ibérica.

La Seca no se puede considerar una enfermedad moderna o de reciente aparición. Al igual pasó con la Grafiosis en los Olmos, con la Afanomicosis del Cangrejo de Río o con la Mixomatosis del Conejo. Multitud de enfermedades coexisten o conviven con los seres vivos, pero determinados factores hacen que surja de forma dispersa en distintas zonas y no de una forma uniforme y homogénea. Con esto quiero decir que la unión de varios factores es lo que provoca que una enfermedad permanezca silente en el tiempo o se revele a su hospedador.

Dentro de estos factores, estaría el Clima y el Cambio Climático que se viene gestando ya durante las últimas décadas. Pero no es el único... El hongo microscópico Phytophthora cinnamomi formaría parte del cultivo siniestro que hace morir a la dehesa de los campos españoles.


Phytophthora cinnamomi es un hongo patógeno que habita en las raíces de árboles con la Seca. Su carácter patógeno, su amplia distribución, su presencia en los árboles enfermos y su capacidad de producir los síntomas de la Seca en plántulas sanas de encinas o alcornoques inoculadas con este hongo lo señalaban como el causante directo de esta enfermedad. Así pues, de la misma forma que el hongo Ceratostomella ulmi provocaba o inducía la Grafiosis o Enfermedad Holandesa de los Olmos, Phytophthora cinnamomi sería el causante de la Seca de los Quercus, eso sí, bajo unas condiciones ambientales determinadas.

Es necesario aclarar que toda enfermedad, aparte del agente patógeno que la causal y del organismo enfermo u hospedador, participan otra serie de factores o componentes ambientales. La importancia de estos últimos es tal, que estando presente en agente patógeno y el hospedador, la enfermedad no se produce sino cambian estos factores ambientales. Phytophthora cinnamomi necesita un rango de temperatura determinado y presencia de agua en el suelo para desarrollarse y provocar la infección, y el encharcamiento favorece la multiplicación de este hongo. De la misma forma, el clima puede debilitar los árboles hasta el punto de ser sensibles al ataque de este hongo.

Otro de los factores que influyen directamente en el desarrollo de la Seca en masas forestales es la mano del Hombre o Factor Antrópico. La gestión y modificación de la dehesa y el manejo inadecuado de prácticas selvícolas, predispone a las encinas y alcornoques al ataque de este hongo y otros agentes patógenos.

SOLUCIONES.
Las posibles soluciones para combatir esta enfermedad de la dehesa española, pasa por medidas que mejoren el estado general de la dehesas, de su aprovechamiento, para evitar el debilitamiento de estos árboles y el ataque de Phytophthora cinnamomi.

Por lo tanto, la aparición y el desarrollo de la Seca en determinadas zonas de la Península Ibérica responden básicamente a 3 factores:
  1.   Antrópico. 
  2. Climatológico.
  3. Patológico.

No obstante, ninguno de estos 3 factores por separado genera el debilitamiento y la muerte de los quercus, sino que la “conjura”, la coincidencia o el sumatorio de estos factores bajo unas determinadas condiciones son las que amenazan el futuro de nuestras dehesas…

Las consecuencias ecológicas y económicas por la desaparición de encinas y alcornoques son incalculables. El futuro del ganado porcino, vacuno u ovino, de la caza, de la pesca, del bosque mediterráneo y del corcho dependen de la gestión y uso que se haga de las dehesas de aquí en adelante.

La selvicultura y la gestión correcta y racional de los recursos de las dehesas son las herramientas para disminuir o atenuar los factores que predisponen a la Seca, ya que no podemos controlar el Clima, la Edafolgía de los distintos ecosistemas o combatir y envenenar nuestros campos con fungicidas o biocidas para agentes maliciosos que atacan las encinas.

 ©Emilio J. Orovengua  

PARA SABER MÁS...

domingo, 11 de mayo de 2008

FLORA MEDITERRÁNEA




Gordolobo




Ojo de Buey




Esparraguera




Galactites


Chumbera


Zarzamora


Detalle Hoja de la Zarzamora


Jaramagos

Alcornoque


Encina




Bellotas de Encina

Acebuche (Olivo Silvestre)


Nueza
Torvisco
Diente de León


Cantueso

Dedalera

Carrasco de Encina
Trebol estrellado

Viborera
Lágrimas de Job

Jaguarzo morisco
Durillo


Avena Loca

Malva Silvestre

Manzanilla Loca

Rusco


Brezo


Amapolas


Ahulaga


Flor de Jara Pringosa

Flor de Escobón Morisco

Escobonales


Castaño

Detalle hojas del Castaño

Tamuja

Tamujares 

Detalle hojas de Tamuja

Encina afectada de "la Seca"

Madroñera

Madroños

Piña de Pino Piñonero

©Emilio J. Orovengua