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sábado, 13 de abril de 2024

LOS INSECTOS DOMINARAN EL MUNDO

Con más de un millón de especies, y algunos más antiguos que los dinosaurios, son el grupo de animales más prolífico y abundante del planeta Tierra dentro del Filo de los Artrópodos. Miremos donde miremos, allí están, en forma de mancha “asquerosa” que adorna el parabrisas de nuestro coche, o de la bella mariposa Macao que va libando de flor en flor su preciado y dulce néctar.

Hasta la fecha, sus ciclos se han visto regulados por biorritmos climáticos, marcando sus periodos de reproducción y expansión con otros de letargo e hibernación. Pero todo eso, desafortunadamente, va a cambiar…El cambio climático, el aumento de la temperatura global, los cambios de ciclos meteorológicos, eventos con “el Niño o la Niña” del océano Pacífico ecuatorial, no han sino favorecer las condiciones ideales para estas pequeñas “ánimas” proliferen sin control o regulación sobre todo en el hemisferio norte. El cambio climático está alterando los patrones climáticos a nivel mundial, lo que a su vez está afectando a las poblaciones de insectos.

Ya se ha demostrado sobradamente la resistencia de los seres vivos ante eventos adversos meteorológicos, ambientales e inclusos nucleares, difícilmente imaginables para ningún otro ser en la Tierra (excepto algunas bacterias, virus o algunos tan especiales como los tartígrados) ¿Sabéis cuánto dura una Cucaracha sin cabeza? Hasta 8 días y porque muere de hambre. Pero también los hay resistentes a altas dosis de radiaciones ionizantes, aún no siendo insectos, pero sí artrópodos, como los Escorpiones encontrados en los desierto de Nevada en EE.UU cuando realizaban pruebas nucleares entre 1950 hasta ya entrado los 90 o Arañas que viven, o más bien sobreviven milagrosamente, a 4.000 metros de altitud. La Chicharrita es capaz de saltar 70 cm y para hacerlo es capaz de acelerar 4.000 m/s y superar la fuerza G en más de 414 veces su propio peso. Pero de todos estos magníficos de superresistencia, el más asombroso es uno que vivió hace 410 millones de años y que ha sobrevivido a 4 de las 5 extinciones masivas que la Tierra ha sufrido. Se llama Rhyniognatha hirsti (abajo en la imagen) y es el insecto antiguo más antiguo conocido.Fue hallado en el yacimiento de Rhynie Chert (Escocia) en 1919, aunque no fue hasta hace poco más de 20 años, en 2004, cuando se estableció su relación con los insectos modernos.

El aumento de las temperaturas, no sólo permitirá bañarnos en la playa en pleno mes de Marzo o Abril, o de estar en mangas cortas todo el año. El desastre biológico y ecológico que se avecina en el horizonte si no llegamos a reducir el aumento global de las temperaturas, será de proporciones aún por conocer. Hasta ahora, la Biodiversidad ha sido la gran protectora de la especie humana, algo que no hemos sabido valorar, pero que con el tiempo nos daremos cuenta de su importancia crítica. Ha pasado de ser nuestro escudo protector a un salvavidas que pierde presión por momentos. A lo largo de sus 3.800 millones de años, y 5 extinciones masivas, algunas de ellas donde desaparecieron el 90% de las especies de seres vivos, la vida en la Tierra se abrió siempre camino ¿Será la sexta extinción la del Homo sapiens sapiens?. Sin biodiversidad, la vida de los hombres sería imposible y es este equilibrio que estamos obligados a mantener por nuestro bien, por nuestra supervivencia, ya que con nosotros o sin nosotros todo seguirá…

Nos enfrentamos a un reto climático mayúsculo, donde las estaciones del año que conocemos como tal, por ejemplo, la de la Península Ibérica, parecen diluirse en una balsa y romper esa estacionalidad, quedando como resultado dos escenarios posibles:

  • Una Primavera que fagocita a su predecesor el Invierno. Por darle un toque de creatividad a esta estación la  llamaremos  Primavierno y comprendería los meses desde Diciembre a Mayo.
  • Un Verano que engulle al Otoño. Esta palabra que unifica estas dos estaciones ya está inventada, Veroño, y comprendería los meses de Junio hasta Noviembre.

Parece broma, o quizás no sea tan atrevido al vaticinar este cambio estacional. Creo que este será el futuro al que deberemos adaptarnos, al menos, aquí.

Existe ya un modelo que anticipa una bi-estacionalidad, aunque los efectos sobre la fauna y flora aún están por ver. Y aquí es donde entran estos seres diminutos de los que llevo hablando desde el principio ¿Qué pasaría si los insectos no mueren y se reproducen durante todo el año? Su fisiología tolera mejor el calor que el frío y este escenario les haría tomar músculo y una ventaja evolutiva ante los cambios que se avecinan.


Estos serían algunos efectos del aumento de temperatura sobre los insectos:

1. Aumento del metabolismo. Las temperaturas elevadas aceleran el metabolismo de los insectos, lo que implica un mayor consumo de energía y recursos. Esto puede traducirse en un aumento de la voracidad, búsqueda de nuevos hábitats con mayor disponibilidad de alimento, expansión de las zonas de distribución de algunas especies o el aumento de la competencia entre especies.

2. Alteración de los ciclos de vida. El aumento de las temperaturas puede afectar significativamente los ciclos de vida de los insectos, como la diapausa (estado de latencia) o la hibernación y esto puede desfasar las interacciones con sus plantas hospedadoras, la depredación, la reproducción, la supervivencia y su la dinámica poblacional. La mayoría de los insectos tienen una tasa de reproducción alta. Las colonias de hormigas y termitas pueden crecer rápidamente, y las poblaciones de mosquitos y moscas se multiplican en cuestión de semanas. Esta capacidad de reproducción masiva podría permitirles superar a otras especies en número.

3. Cambios en las interacciones ecológicas. El cambio climático está alterando las relaciones entre diferentes especies de insectos: Polinizadores y plantas, depredadores y presas, especies competidoras.

Estas modificaciones o alteraciones debidas al aumento de la temperatura pueden tener un impacto significativo en la estructura, el funcionamiento y la resiliencia de los ecosistemas de todo el planeta.

Pero el impacto más importante que pueda llegar a tener la proliferación desmedida de insectos a nivel mundial, o incluso local, y que afecta directamente a la Humanidad, no es ya que hordas de langostas exacerbadas arrasen con campos de cultivos y afecten al rendimiento de las cosechas y, por ende, a la alimentación humana, la disminución de la cantidad y la calidad de los alimentos y el aumento de los precios de los alimentos. Lo que realmente nos debe preocupar sería una abundancia desmedida de esos diminutos intrusos que, sobre todo en la época estival, taladran indiscriminadamente nuestra epidermis para extraernos ese dulce néctar de color rojo que para ellos es la sangre humana. A estas alturas seguramente ya habrás averiguado quienes son esos vampiros articulados que, en oscuridad y alevosía, colonizan la superficie de nuestros cuerpos, sobre todo, cuando estamos durmiendo: los Mosquitos. La proliferación de mosquitos provocaría automáticamente el aumento del riesgo de enfermedades transmitidas por estos. El aumento de las poblaciones de mosquitos y otros insectos vectores puede aumentar la incidencia de enfermedades el Dengue, la Malaria , la Chikungunya, el Zika, la Fiebre Amarilla, el Virus de Nilo Occidental. Quédate con estos nombres, porque ahora parecen lejanos cuando nos hablan de ellos en las noticias, pero que para la próxima década ya no nos serán tan desconocidos. Esto tendría graves consecuencias para la salud pública, la economía y el desarrollo social.

El cambio climático interactúa con otros factores que afectan a las plagas de insectos, como la resistencia a los insecticidas, plaguicidas y la globalización. La resistencia a los insecticidas es un problema creciente que puede dificultar el control de insectos y no parece a la larga que sea el método más efectivo para controlar las poblaciones de los mismos, ya que el “envenenamiento” progresivo al que se está sometiendo los campos de cultivo son perjudiciales para la salud humana. La globalización facilita la propagación de las plagas de insectos a nuevas áreas. Se necesita más investigación, más exhaustiva y dinámica para comprender mejor cómo el cambio climático está afectando a las plagas de insectos. Las medidas e investigaciones para abordar el aumento de plagas a nivel mundial debido al cambio climático incluyen tanto estrategias preventivas como correctivas. Aquí te detallo algunas:

  • Monitoreo climático y de plagas: Implementar sistemas de monitoreo para predecir brotes de plagas basados en patrones climáticos.
  • Mejora genética de cultivos: Desarrollar variedades de cultivos más resistentes a las plagas y enfermedades.
  • Biodiversidad agrícola: Fomentar la diversidad de especies en los cultivos para reducir la vulnerabilidad a las plagas.
  • Manejo del paisaje: Crear barreras naturales y hábitats para enemigos naturales de las plagas.
  • Control biológico: Utilizar enemigos naturales o controladores biológicos para reducir las poblaciones de insectos.
  • Uso responsable de pesticidas y plaguicida: Aplicar pesticidas y plaguicidas de manera selectiva y en combinación con otras prácticas de manejo integrado.
  • Capacitación y educación: Educar a los agricultores sobre prácticas sostenibles y seguras para el manejo de plagas.
  • Cooperación internacional: Trabajar conjuntamente entre países para controlar la propagación transfronteriza de plagas.

 

Por otra parte, incluir en nuestra dieta el consumo de insectos podría ser una de las cartas a jugar en nuestro favor y funcionaría a su vez como medida preventiva. Somos ya 8.000 millones de bocas que alimentar en este planeta y las proyecciones de Naciones Unidas es que en 2050 seamos 10.000 millones. El consumo de insectos y otros “bichos” no un tema novedoso, de hecho, el consumo de insectos por parte de la especie humana tiene una historia milenaria. Se sabe que diversas culturas alrededor del mundo han practicado la entomofagia, desde hace miles de años. Por ejemplo, en la China antigua, se documenta el consumo de insectos hace más de 3.000 años, donde los emperadores disfrutaban de platillos con gusanos de seda, grillos y escarabajos. En México, desde tiempos prehispánicos, los insectos como los chapulines y los gusanos de han sido consumidos y valorados por su sabor y valor nutricional


Su valor nutricional es incontestable. La entomofagia sigue siendo una práctica común en muchas partes del mundo, especialmente en regiones de Asia, África y América Latina, y complementa la dieta de aproximadamente 2.000 millones de personas en la actualidad. En Europa, desde hace unos años atrás, ha surgido una especie de “boom entomológico” y el desarrollo y la innovación de empresas biotecnológicas dedicadas a la cría y el cultivo está en auge. Sin ir más lejos, España cuenta ya con 37 explotaciones o fábricas de insectos registradas y en Salamanca se está construyendo la que será la mayor de toda Europa. Estos pequeños seres vivos ofrecen un gran potencial para la producción de diversos productos desde la alimentación humana y animal, biofertilizantes, biomateriales hasta biocombustibles. Entre sus ventajas es que son una fuente de recursos sostenible y respetuosa con el medio ambiente, son eficientes en la conversión de alimentos en biomasa y requieren menos recursos que la producción ganadera tradicional.


Las plagas de insectos ya son una amenaza importante para la agricultura, la silvicultura y la salud humana por el efecto de acumulado de las temperaturas y por el cambio climático. En un futuro no muy lejano, los insectos podrían convertirse en los amos del mundo. Aunque parezca una idea descabellada y sacada de una película de ciencia ficción (o como la imagen generada con la tecnología de IA de DALL-E 3 de más abajo), hay evidencias que sugieren que estos pequeños seres podrían desempeñar un papel crucial en la supervivencia del planeta y, en última estancia, en la dominación global.


Y tú que piensa ¿Nos comerán o seremos nosotros los que nos los comamos? Quién sabe, pero ahí os dejo esta cuestión para que la consultéis con la almohada.

©Emilio J. Orovengua

domingo, 20 de febrero de 2022

¿CULEBRA O VÍBORA?

Quizás  sea la pregunta del millón cuando por suerte o por desgracia, según se mire, nos topamos con uno de estos seres reptantes. Y puede que sea más sencillo de lo que creéis llegar a diferenciar una culebra de una víbora, conocimiento que nos dará más tranquilidad a la hora de valorar nuestro encuentro con una serpiente cualquiera. Hablar de serpientes, es hablar de uno de esos miedos irracionales que las personas tienen a estos seres vivos. Ese miedo no es provocado en sí por la serpiente, que puede ser más bonita o más fea , nos puede dar asco o repugnancia, sino por el daño que ésta nos puede llegar a hacer o provocar.

En la Península  Ibérica podemos encontrarnos dos tipos de serpientes: la culebra y la víbora. Saber diferenciarlas es un punto a favor para nuestra tranquilidad en el caso de ser atacados / mordidos  por cualquiera de ellas, aunque vaya por delante que ninguna de las dos, ni culebras, ni víboras españolas son agresivas si no se las compromete, manipula o amenaza y nos comportemos frente a ellas con respeto y cuidado.













Para reconocerlas, fíjate primero en la cabeza y si se escapa o se intenta escabullir, en la cola, lo largo o ancho de su cuerpo puede que sea lo que menos importante ya que podemos encontrarnos con “juveniles” en ambos tipos de serpientes y el tamaño, en este caso, no es importante. La cabeza de las víboras es triangular con escamas pequeñas, la de la culebra es oval y está cubierta por grandes escamas. El ojo de las víboras tiene la pupila hendida o elíptica (como los gatos) y en cambio las culebras es redonda. Esta puede ser la característica diferencial más acusada entre las víboras y las culebras y saber reconocerlas correctamente jugará siempre a nuestro favor. Su “nariz” u hocico también puede ser un rasgo característico a la hora de diferenciarlas. Por lo general, las “narices·” de las víboras suelen ser puntiagudas o marcadas hacia arriba, en el caso de las culebras esto no es así. Y por último, otros rasgos menos definitivos son la cola o el tamaño, pero como ya he dicho anteriormente, las serpientes (víboras o culebras) en estado juvenil nos pueden llevar a error, si nos guiamos por su tamaño, aunque el tamaño máximo para cualquiera de las 3 especies de víboras de la península ibérica es de 75 cm y en cambio cualquier de las 11 especies de culebras ibéricas superan el metro de longitud, llegando incluso a los 2,5 metros de algunas citas de Culebra Bastarda.


Pero si hay algo que realmente las diferencian y que nosotros no podemos ver es su veneno. La mordedura de ninguna de las citadas 11 especies de culebras suponen un riesgo vital para una persona, la de una víbora sí, aunque en los casos más graves suelen ocurrir transcurridas 6 horas desde la mordedura que, salvo en casos excepcionales o de alergia a dicho veneno, permiten activar un protocolo de emergencias.

Si somo capaces de transformar ese miedo en admiración y respeto hacia estos animales reptantes, cualquier encuentro fortuito con ellas será más agradable y no necesariamente tendremos que ¡salir corriendo!

 ©Emilio J. Orovengua

domingo, 28 de noviembre de 2021

SU MAJESTAD EL ÁNADE REAL

Si en el cielo es la todopoderosa Águila Real la reina de las aves, en los humedales , las charcas, lagunas o pantanos encontramos a otra reina, mucho más menuda y simpática, pero que con sus vivos colores y su contoneo chulesco al andar reina entre carrizos y junqueras. Este ave no es otro que el Ánade Real o Azulón.

Creo que en los humedales españoles no hay criatura más bonita, más elegante y más coqueta que el llamado “Azulón”, con su vistosa cabeza verde, que cuando los rayos de sol irradian sobre ella reflejan tonos metálicos, su característico collar blanco en el cuello que hace de transición o frontera entre su verde cabeza y el pardo-castaño de su pecho. Al cuello le sigue un cuerpo recogido, ovalado, rechoncho de colores que van desde los pardos oscuros hasta los grises y que finaliza en una cola con mechones blancos, con dos plumas negras y rizadas que sobresalen hacia arriba de la cola.














Pero si hay algo característico en el diseño de esta anátida, y del que toma su nombre, es el llamado “espejuelo” de una tonalidad azul-violácea, muy patente y visible sobre todo en vuelo.  

Como en la mayoría de sus parientes los patos, y como ocurre en la mayoría de las anátidas, presenta un acusado dimorfismo sexual, siendo fácilmente, sin ser ningún experto ornitólogo, diferenciar a un macho de una hembra dentro de la misma especie. El marrón pardusco moteado de las hembras de ánade real contrasta mucho con la policromía del plumaje de los machos, pero algo que hay en común entre los dos es el ya nombrado “espejuelo azul” en la parte posterior de sus cuerpos.

Su gran flexibilidad a la hora de comer; desde plantas, moluscos o pequeños peces, hasta brotes verdes o semillas que encuentran en dehesas o praderas  le ha permitido conquistar diversos hábitats y distribuirse a lo largo y ancho del planeta Tierra. Podemos decir que esta especie de pato es un pato cosmopolita. Lo encontramos en Europa, Asia, Norte América, Norte de África, Australia y Nueva Zelanda, en estas dos últimas localizaciones mediante introducciones (como especie alóctona).

Desconfiado, arisco, asustadizo y siempre pendiente de todo lo que ocurre a su alrededor y con unos sentidos muy sensibles ante las amenazas, suelen ser los primeros en huir y levantar el vuelo en sus lugares de pitanza, alimentación o sesteo ante la presencia ajena de algún depredador o del Hombre.

 ©Emilio J. Orovengua

jueves, 12 de agosto de 2021

NO-MINADOS

Desde la canchera más alta del Pico de la Silleta, el Sol recorta la silueta de un depredador alado de prodigiosa visión y garras de acero. La Reina de las aves, el Águila Real, vigila el horizonte allá donde se pierde la vista, nada escapa a su mirada, ni siquiera la carrera una liebre a más de 3 km de distancia. Es un entorno plagado de pinos, encinas y alcornoques, de monte apretado de brezos y jaras que en su vertiente noroeste representa una fiel postal de la dehesa extremeña más pura, siendo este un lugar salpicado de charcas, lagunas y aguas estacionales que albergan un sinfín de especies de aves, sobre todo en la época de primavera, y las especies más representativas de reptiles, anfibios o mamíferos del monte mediterráneo. Un paisaje idílico con un altísimo valor ecológico, por lo menos hasta la fecha…

Pero un futuro sombrío se cierne sobre sobre esta “postal de dehesa”. La megamina de litio amenaza la continuidad de lo que han sido hasta ahora los campos que mejor describen a nuestra comunidad autónoma.

Muchos seguirán pensado que esto es progreso, avance, las Navas Altas de Cañaveral  ha pasado de ser un terreno No Minado a Nominado, finalista y ganador absoluto para este proyecto minero alterará de forma definitiva y perpetua lo que un día fue. 

Estos promotores mineros no hacen otra cosa que endulzar discursos con utópicas promesas laborales, poniendo caramelos al alcance de gobernantes hambrientos de buenas y jugosas noticias (económicas) para el desarrollo de la comarca. Una “propaganda electoralista” que con mucha probabilidad caerá en saco roto una vez se haya asentado el proyecto de extracción, pero para entonces ya será tarde y no habrá marcha atrás. Un ejemplo claro y cercano sobre la “volatibilidad” de este tipo de proyectos es la Mina de Aguablanca en Monesterio (fotografía, abajo, Periódico de la Energía) , paró su actividad en 2016 y tras pasar por diferentes “manos inversoras”, parece que reabrirá su explotación en 2022, pero nada es seguro en este mundo de los minerales, lo que sí es seguro es que el impacto ambiental permanece.

El objetivo de este tipo de minas de extracción de litio va destinado casi exclusivamente al sector automovilístico. La industria del automóvil será una de las principales destinatarias de estos minerales. Pero, entonces ¿Son los coches eléctricos realmente ecológicos? Confío en la sagacidad de los lectores a la hora de responder a esta pregunta, pero claro queda que la tasa a pagar por esa “tecnología eco-friendly” es la destrucción masiva de ecosistemas, una vez más, al igual que ocurre con otro tipo de industrias.

Hoy en día, parece mentira que un proyecto así pueda salir adelante teniendo en cuenta que parte del término municipal de Cañaveral y sus alrededores tiene denominación de Z.E.P.A. (Zona de Especial Protección para las Aves) y está delimitada a escasos 700 metros de este megaproyecto minero. Esta zona esta denominada como corredor ecológico entre la ZEPA DE LOS CANCHOS DE RAMIRO Y LADRONERA y la RESERVA DE LA BIOSFERA DE MONFRÁGÜE , ambos espacios incluidos dentro de la RED NATURA2000, con protección por normativa europea. Todas la especies que viven y anidan en dicho corredor no tienen un uso restringido de la misma. Las fronteras, los límites los ponemos nosotros, la Naturaleza no sabe de estas cosas y el Águila Culebrera que anida en un pino de la solana de la Sierra de Cañaveral, seguramente,  utilizará esta zonas de dehesas como cazaderos por la abundancia de serpientes, largatijas y otros reptiles.



Además del daño ecológico, no acabo de entender un proyecto así en una tierra donde el agua, un recurso vital para este tipo de explotaciones, precisamente, no sobra. ¿De dónde van sacar las ingentes cantidades de recursos hídricos que una mina de este tipo necesita para su actividad? ¿Tienen este tipo de proyectos en cuenta el factor Cambio Climático en sus ecuaciones? El Cambio Climático es una realidad a la que los humanos tendremos que adaptarnos, nos quedará otra. Los modelos y previsiones sobre el clima del futuro y cómo nos afectará no son nada halagüeñas: 20% menos de precipitaciones anuales, veranos más largos y rigurosos, olas de calor extremas, más incendios forestales y pérdida de masa forestal, y un largo etc,  un proceso que los científicos del CSIC han denominado como la “africanización” de la Península Ibérica que nos acabará engullendo de Sur a Norte. Entre las medidas propuestas para paliar estos efectos estará la gestión de los recursos hídricos, tema que confronta directamente en la operativa del procesado del mineral de este tipo de minas extractivas.

He paseado, andado (como muchos otros cañaveraliegos) y lo sigo haciendo, por las Navas, por la “Boca de la pizarra” y por el arroyo que lleva su mismo nombre, por la Cañada Real Soriana de las Merinas, por el Torreón o “los Cabezones”. He observado, mirado, cada árbol, cada agujero, cada charca buscando algo para saciar mi curiosidad hacia la Naturaleza. He apuntado en mi cuaderno, cada huella, cada señal, cada silueta, cada sonido o forma por donde transitaba. Han sido y son, un importante hábitat para rapaces medianas como los Milanos Negros y Reales, Aguilillas calzadas, Busardos ratoneros y el cazadero del Águila Culebrera, sin olvidarme de la multitud de especies de Pájaros, Córvidos, Patos, Garzas y otras zancudas como la Cigüeña Blanca o la Cigüeña Negra. También podemos encontrar una numerosa comunidad de mamíferos como Jabalíes, Ciervos Ibéricos, Tejones, Zorros, Jinetas, Garduñas, que utilizan estas charcas y lagunas como abrevadero sobre todo durante el estío. Además, hay que tener en cuenta que muchas de estas especies están incluidas dentro del Catálogo de Especies Amenazadas del Extremadura.

Pero mucho tendrán que cambiar las cosas para que el arrullo de las Tórtolas, el majestuoso vuelo de una Garza real, los cantos amorosos de la Ranas verdes o el graznido de un pollo volantón de Milano negro no sean sustituidos por los atronadores ruidos de los barrenos reventando la roca madre o el motor diesel de monstruosas máquinas de hierro y metal que taladran el terreno hasta dejar un ecosistema de típica dehesa en algo inerte y desnudo. Toda esa fauna se irá retirando poco a poco del lugar, como un ejército vencido sin posibilidad de defensa, una guerra desigual donde el poder de las máquinas y la codicia humana no encontrará obstáculo alguno, cuando su mayor valor, el mayor tesoro de este lugar no es el litio que se esconde en sus entrañas, sino la vida que se desarrolla en su superficie…

©Emilio J. Orovengua

domingo, 23 de mayo de 2021

FAUNA MEDITERRÁNEA I : REPTILES

Hablar de reptiles es hablar de animales acorazados y de sangre fría, con pinta de llevar mucho tiempo sobre la faz de la Tierra, y no nos equivocamos, ya que son los descendientes de aquellas grandes moles de músculo y escamas que poblaron la Tierra hace más de 65 millones de años, me estoy refiriendo a los Dinosaurios. Pero quizás fue la evolución la que determinó que los reptiles a partir de la masiva extinción de los Dinosaurios fueran de menor tamaño y porte.

El bosque mediterráneo puede aún, y en estos momentos, presumir de su riqueza reptiliana amplia y extensa en la Península Ibérica. No es precisamente esta fauna herpetológica la que más pasión suscita por parte de la mayoría de las personas, aunque tanto culebras como lagartos son de gran utilidad en el seno del ecosistema mediterráneo. Las serpientes y culebras nivelan y controlan las poblaciones de ratas, ratones y otros micromamíferos. Por su parte, lagartos, lagartijas y salamanquesas son el mejor insecticida biológico para moscas, mosquitos, saltamontes y otros insectos, algunos de ellos, muy perniciosos para la agricultura.























Los reptiles mediterráneos sólo son activos a partir de la primavera, ya que su presencia en el invierno les provocaría la muerte al ser animales de sangre fría y aprovechan las soleadas mañanas para activar su metabolismo y poder dar caza así a multitud de invertebrados y pequeños vertebrados. Los reptiles son animales que no pueden mantener la temperatura constante en su cuerpo, como los mamíferos, por ello a estos animales se les han denominado poiquilotermos, al contrario que los mamíferos que son homotermos. Su metabolismo y fisiología depende enteramente de la temperatura ambiental, y por ello, podemos ver en numerosas ocasiones a lagartos y lagartijas o galápagos encima de una piedra tomando el sol, para aprovechar mejor el calor, activar su metabolismo y prepararse energéticamente para la caza. 

Otra característica inequívoca de los reptiles es que su piel está protegida con escamas o placas que las utiliza para evitar la desecación y reducir la transpiración de agua, que les han permitido colonizar nuevos lugares y aumentar así su adaptación y diversidad. La tercera de sus características es su forma de desplazamiento, reptan o se desplazan arrastrando su cuerpo por el suelo. Los menos evolucionados son los Ofidios (serpientes) y los más evolucionados aquellos que poseen patas o extremidades para su movimiento (lagartos, tortugas).

Se reproducen sexualmente y son ovíparos u ovovíparos, es decir, algunos ponen huevos en la tierra para que se incuben y posteriormente eclosionen (Ovíparos) y otros como las Víboras incuban los huevos en el interior de su cuerpo hasta que estos eclosionan y después paren las crías vivas (Ovovivíparos)

La mayoría de los reptiles ibéricos son cazadores y carnívoros, aunque hay excepciones. Son buenos cazadores porque son ágiles y rápidos, a excepción de los quelonios (tortugas). Su hábitat y nicho ecológico en el ecosistema mediterráneo es de lo más variopinto y va desde las paredes y fachadas de las casas donde es habitual ver en las noches de verano a las salamanquesas hinchándose a mosquitos y polillas, hasta la más lóbrega umbría, pasando por praderas, bosques, roquedales, charcas, montañas, etc.

Los Reptiles más representativos del ecosistema mediterráneo son :
  • Lagarto Ocelado (Larceta lepida). Este pequeño saurio pertenece a la familia de los Lacértidos. Se puede reconocer en el campo por sus manchas azuladas en el dorso. Es el lagarto a nivel de península ibérica más distribuido de todos los de su familia y sus preferencias de territorio se asientan sobre lugares con poca vegetación y secos. Antiguamente se cazaba y mataba para su posterior degustación, hoy en día su carne está prohibida para el consumo ya que debido a estas cacerías que se hacían antiguamente su población disminuyó rápidamente. Actualmente está protegido por la ley y las multas por cazar o matar a un lagarto pueden sobrepasar los 6.000 euros.
  • Lagarto Verde (Larceta viridis). Pertenece a la misma familia que el anterior y su diferencia con el ocelado radica, más que en su tamaño, en su intenso color verde que cuando refleja la luz del sol pude dar sensación de ver un lagarto casi fluorescente. Prefiere los lugares con más forraje y vegetación a fin de no ser detectado por sus depredadores. Antaño sufrió en acoso depredador del hombre al igual que el ocelado y por ello sus poblaciones se vieron afectadas. Los lagartos, sobre todo estas dos especies, se caracterizan por su gran velocidad de huida, de este modo, en numerosas ocasiones se pueden ver a estos pequeños cocodrilos cruzar a toda prisa caminos, pistas o carreteras... que por desgracia en muchas veces les cuestan la vida.
  • Lagartija Ibérica (Podarcis hispanica). De todas las especies de lagartijas que hay en nuestro país, es la que tiene una distribución y dispersión más amplia. Se caracteriza por poseer una coloración discreta y uniforme a base de tonos grisáceos que le permiten mimetizarse con su hábitat.
  • Lagartija Colilarga (Psammdromus algirus). Su nombre le viene por poseer una casi interminable cola que mide 2 veces su cuerpo. Podemos reconocerla en el suelo por sus dos rayas blancas y una negra más ancha entre ambas en el dorso sobre un color grisáceo que recubre su cuerpo y por su gran rapidez a la hora de escapar, por eso es la lagartija más rápida de las especies ibéricas.
  • Salamanquesa común (Tarentola mauritanica).Se incluyen en la familia Gekkonidae. Vulgarmente a este animalillo se le denomina “santorostro” y todos alguna vez los hemos visto pegados en la pared cerca de alguna luz o en una posición casi imposible en la cornisa o en el techo de nuestra casa. Y todo ello porque estos sorprendentes saurios poseen unos dedos aplanados adhesivos que funcionan como ventosas, al igual que las que utilizaba Spiderman para gatear a los rascacielos. Tiene un color gris que dependiendo de si es de noche o de día varia en su claridad ( su piel se oscurece por el día) y una serie de protuberancias en el lomo. Sus ojos poseen una pupila vertical o elíptica y párpados sellados adaptados a la oscuridad. Son abundantísimos y muy útiles ya que devoran gran cantidad de mosquitos... ¡Sí! de esos que nos pican en verano. No hacen mal a nadie y no hay insecticida comercial que se pueda comparar con la eficacia de una salamanquesa.
  • Culebra Bastarda (Malpolon Monspessulamum). Esta especie pertenece a la familia de los Colúmbridos, junto con otras especies de culebras, como por ejemplo la de Collar, la Coronela, etcétera. Tiene un color verdoso oliva y es la serpiente más grande que habita en la Península, pudiendo sobrepasar los 2 metros de longitud. Se caracteriza por ser una serpiente agresiva y feroz, que junto con su gran longitud, puede pegarnos en buen susto si nos tropezamos con ella. Hubo durante largo tiempo una controversia sobre si esta serpiente tenia o no veneno, finalmente se llegó a la conclusión de que sí lo posee, aunque es un sistema de glándulas venenosas poco desarrolladas y por eso se incluyó en el grupo de los Opistoglifos. Posee un veneno neurotóxico con el que mata a sus presas que se aloja en unos dientes acanalados que tiene en la parte trasera de su boca. Además de su veneno tóxico, ahoga a sus presas por constricción al igual que hacen las pitones, así pues ¡ojo con ella!. Le gustan los biotopos secos y calurosos, con vegetación y el matorral donde caza todo tipo de micromamíferos como ratones, topillos, gazapos...
  • Culebra de Escalera (Elaphe scalaris). También se le llama simplemente "Scalaris" y los grandes machos superan el metro y medio llegando incluso a haber ejemplares de 2 metros. Se puede reconocer fácilmente por sus dos líneas paralelas negras en el dorso que recorren su cuerpo de color marrón desde la cabeza hasta la cola. Sus preferencias de hábitat se enmarcan el lugares rocosos, bien soleados y con estrato matorral y arbustivo.
  • Culebras de Agua. Son varias especies las que se incluyen en este grupo, pero la más común es la Viperina (Natrix maura). Todas tienen un cierto parecido con las temidas víboras, pero nada más lejos de la realidad, ni tienen la pupila vertical o hendida , ni la terminación de la cola roma (las culebras la tienen larga y afilada), ni su tamaño y ,sobre todo, no tienen el poderoso veneno de las víboras ni sus afilados colmillos, sólo se parecen en que ambas tiene la cabeza triangular . Aún así, estas culebras engañan a multitud de predadores por su parentesco con las víboras y lo utilizan para huir de ellos. También han desarrollado una capacidad curiosa, y es que son unas excelentes actrices de teatro porque para evitar ser comidas o atacadas “se hacen las muertas” con mucha facilidad. Se alimentan a base de batracios anuros (ranas y ranitas), que viven junto a ellas en charcas, lagos, lagunas y embalses de agua dulce.
  • Víbora Hocicuda (Vipera lastati). Las víboras son un tipo de herpetofauna que es temida por la mayoría de las personas, y con razón. Son muy venenosas y nos pueden poner en un serio aprieto si alguna vez sufrimos la mordedura de una de ellas, aunque, por suerte, no suelen ser muy agresivas y tienden a huir, no dudarán en atacar si se ven amenazadas o acorraladas. Destaca en las víboras ,y sólo en ellas, la pupila hendida como la de los gatos, su tamaño es pequeño (las más grandes no superan los 70 cm), su cola es romo o sin punta y su cabeza tiene forma de triángulo (pero como he contado antes, la viperina posee también la cabeza triangular). Su veneno neurotóxico lo inyecta a través de unos grandes colmillos que tiene en la parte delantera de su boca y por ello se han incluido en el grupo de las serpientes Solenóglifos ( que poseen un aparato inoculador de veneno muy desarrollado). Ésta especie es de color grisáceo y con un zig-zag en el lomo muy característico. Viven en zonas secas, rocosas y bien soleadas. Su dieta habitual es de topillos, ratones, lirones y algún que otro invertebrado.
  • Galápago Leproso (Mauremys caspica). Pertenece al grupo de los quelonios o tortugas y su caparazón es de color verdoso pardusco. Su cuello y cara está lleno de pintas y puntos en tonos amarillos y tiene un tamaño menor que su congénere europeo, el Galápago europeo. Se alimenta de insectos y otros invertebrados como gusanos y lombrices que caen por equivocación en los lugares que regenta tales como charcas, embalses y aguas estancadas se encuentran entre sus preferencias.

©Emilio J. Orovengua

lunes, 12 de abril de 2021

"YA ES NAVIDAD" EN LA DEHESA EXTREMEÑA.

Ellas son consideradas los sustitutos de los antiguos bosques. Ellas pueblan lo que eran antes los campos de labor en las tierras extremeñas. Ellas no son consideradas como buenas para la ganadería y el laboreo. Ellas llaman al fuego al ser pirófitas. Ellas son las que componen el sotobosque mediterráneo. A ellas les gusta los suelos ácidos y no los calizos. Ellas no son precisamente un atractivo turístico….A pesar de todo, y gracias a ellas, los Montes y las Sierras de Extremadura  aparecen "nevados” cada primavera.

Las Jaras (Cistus ladanifer), plantas arbustivas, leñosas y perennifolias,  llenan los campos de Extremadura de un moteado blanco, cual nevada hubiera acontecido minutos antes. 


Junto con Escobonales, Cantuesales y Brezales forman una policromía en nuestras sierras dignas del más bello lienzo paisajístico.


Este es un espectáculo natural  aún no tiene nombre, pero que el día que se sepa admirar esta belleza, efímera, eso sí, Extremadura sumará un punto más a esa nota sobresaliente que ya tiene en recursos naturales y turísticos.

©Emilio J. Orovengua

miércoles, 24 de febrero de 2021

EL BOSQUE MEDITERRÁNEO II : BIOLOGÍA DEL SUELO.

Nada de lo dicho en mi anterior artículo, EL BOSQUE MEDITERRANEO I : FLORA MEDITERRÁNEA, sobreviviría sino fuese por la acción de miles de pequeños bichitos que a nivel edáfico permiten que toda la materia orgánica almacenada en el suelo sea reciclada y utilizada de nuevo para la alimentación de otros seres vivos.

Los principales “actores de reparto” en el suelo son los insectos. A nivel mundial son más del 80 % de las especies de animales conocidos (hay sobre 1.500.000 de especies de animales en el mundo) y por ello su importancia es tan grande, aunque sólo sea en un determinado hábitat como éste. En el bosque mediterráneo son miles de especies de insectos que existen formando complejas cadenas tróficas esenciales para el mantenimiento de la vida en el bosque.

Lo que hacen estos bichos es trocear y partir sustancias tan complejas como la materia vegetal y permitir de este modo que éstas sean recicladas más rápidamente. La gran mayoría de la biomasa de un bosque es madera y el problema que tiene la madera es que es muy difícil de descomponer debido a que su composición es a base de sustancias muy estables y difíciles de digerir por un animal como son la celulosa, la hemicelulosa y la lignina. Únicamente esta descomposición puede ser llevada a cabo por bacterias, hongos y algunos protozoos, los/as cuales se pueden encontrar de forma libre en el suelo o en el tracto digestivo de ciertos animales (bacterias y protozoos) y que poseen enzimas (proteínas capaces de degradar...) como celulasas, hemicelulasas y amilasas. Estos insectos que son capaces literalmente de devorar madera se denominan xilófagos, pero aquí hay que matizar que dependiendo de si esa madera está viva o muerta estos bichos serán o no perjudiciales para el ecosistema. Si comen madera muerta serán beneficiosos para el bosque, ya que con su acción descomponedora ayudan a reincorporar materia orgánica en el suelo. Si por el contrario se alimentan de madera viva, es decir, de plantas y árboles en plena actividad, estos insectos se consideran dañinos ya que no reportan ningún beneficio al bosque, excepto de servir de alimento a otros animales.

La mayoría de estos xilófagos son Coleópteros (Escarabajos), pero también hay Hemípteros (Chinches), Lepidópteros (Mariposas) e Isópteros (Termitas). Estos son algunos de ellos :
  • Hemípteros. Como por ejemplo, los chinches cuyo alimento es la savia elaborada o floema de las plantas y que es transportada desde la zona superior de la planta (hojas) hasta partes tan distantes como las raíces. Este floema está cargado de azúcares, proteínas y sales minerales, de ahí su interés por parte de estos bichos. Pero, como todo, los chinches también son blanco-comida de numerosas aves de pequeño porte, aunque para evitar su exterminio total de una comunidad poseen un ciclo reproductivo sorprendentemente rápido que compensa las pérdidas, a veces, incluso sin el macho...
  • Coleópteros. Dentro de los coleópteros destaca la familia de los Cerambícidos, unos escarabajos de la madera cuya característica principal es que poseen una largas antenas. Destaca por el daño que causa a encinas y alcornoques una especie denominada El Gran Capricornio de las encinas (Cerambix cerdo). Lo que hace este huésped indeseable es que excava túneles a través de la corteza y deposita sus huevos en el interior, cuando eclosionan estos huevos salen las larvas y comienzan a alimentarse de la madera (sobre todo del floema) y literalmente taladran el tronco del árbol provocando incluso su muerte. Otro escarabajo que está haciendo estragos indirectamente entre las poblaciones de olmos (aunque esta no sea una especie mediterránea) es el denominado Escarabajo de la Corteza, que sirve de vector transmisor de la Enfermedad Holandesa de los Olmos o Grafiosis, ya que en sus desplazamientos se lleva con él un viajero muy especial, un hongo microscópico llamado Ceratostomella ulmi que es el que realmente provoca la Grafiosis y la muerte de árbol. Al igual que los Olmos, las Encinas están siendo víctimas en los últimos años de un ataque fúngico por parte de otros hongos y provocan una enfermedad denominada “La Seca”.

  • Isópteros. Son los grandes consumidores de la madera muerta y destacan de este grupo las Termitas, aunque ellas son incapaces de digerir y alimentarse de la madera sino fuera gracias a unos inquilinos microscópicos...los Protozoos. Estos microorganismos se hayan en el tubo digestivo de las termitas en una asociación simbiótica, es decir, una convivencia en la cual ambos salen beneficiados. El protozoo descompone químicamente la madera y estas sustancias químicas son aprovechadas por el insecto, y el protozoo obtiene del insecto sustancias que el no puede sintetizar (vitaminas, proteínas, factores de crecimiento).
De una u otra forma estos seres de la madera son vitales para el bosque mediterráneo (y en general para cualquier bosque) ya que son los únicos capaces de “echar mano” a la casi indestructible madera. Gracias a estos bichos que fragmentan, trocean y parten la madera se favorece su ataque por parte de hongos y bacterias que son los que la descomponen químicamente y estas sustancias químicas posteriormente serán absorbidas por el suelo y reincorporada de nuevo para formar otras estructuras vegetales y de esta forma mantener constante la regeneración de un ecosistema que sino fuera por estos actores tan especiales no existiría.

©Emilio J. Orovengua

sábado, 23 de enero de 2021

EL BOSQUE MEDITERRÁNEO I: FLORA MEDITERRÁNEA

En esta primera parte , intentaré hablar de la forma general, pero a la vez lo más rigurosa posible, sobre lo que comprende el ecosistema mediterráneo, sobre todo el extremeño, incluyendo, claro ésta, su Flora y Fauna y la importancia que tienen plantas y animales para el mantenimiento del equilibrio ecológico en el bosque mediterráneo, sin dejar a tras la incidencia que ha tenido y tiene el hombre sobre este tipo de hábitat tan peculiar.

El bosque mediterráneo gobierna la mayor parte del territorio español, a excepción de la franja norteña donde el clima y las condiciones ambientales son distintas y donde reina sobre todo el clima y el Bosque Atlántico. A su vez, el bosque mediterráneo está caracterizado por un clima donde destaca la irregularidad de las precipitaciones a la largo del año, según la cual los meses más lluviosos se corresponden con el otoño y la primavera, seguido de un verano seco donde las precipitaciones brillan por su ausencia y es cuando se dan las mayores temperaturas.

En esta primera parte les contaré algo sobre la flora que adorna nuestro bosque mediterráneo, haciendo una clasificación de los vegetales más representativos y de la importancia que tienen en relación a otros organismos. De forma general, el bosque mediterráneo es un ecosistema formado básicamente por plantas perennifolias y una gran diversidad del estrato arbustivo.

Todo el bosque mediterráneo está adaptado para sobrevivir al exigente clima que éste posee, y sobre todo la mayoría de sus adaptaciones van encaminadas a evitar la perdida del agua en los calurosos días de verano. Están adaptadas a la extrema sequía y para ello han desarrollado una serie de estructuras que les permiten sobrevivir a la sequía del estío. La más sobresaliente es que todos los árboles mediterráneos poseen hojas esclerófilas, es decir, hojas con una cutícula dura e impermeable para no perder agua. También poseen unos estomas (válvulas de transpiración en las hojas) que se sitúan en el envés de la hoja (parte de abajo) en unas pequeñas cavidades rodeadas de pelos.

Los árboles más representativos son :

La Encina (Quercus rotundifolia), pertenece a la familia de las Fagáceas. Posee un tronco grueso y corto, con una copa que se distribuye ampliamente y su fruto es la bellota. Es un árbol perfectamente adaptado a vivir sobre los suelos más dispares y con condiciones climatológicas muy versátiles ( está mejor adaptado que el alcornoque).


Encina

El Alcornoque (Quercus suber), pertenece a la misma familia que la encina, pero tiene características propias que lo diferencian de la encina. Aunque su porte y tamaño es muy similar al de la encina, se distingue porque su corteza es mucho más gruesa de donde se extrae en corcho o suber. Su fruto es la bellota y aunque es un árbol típico español y portugués, también se encuentras en otras zonas como las Balcánicas. Es un árbol adaptado al clima mediterráneo, pero no se encuentra en suelos cálcicos (con cal). Puede decirse también del alcornoque que es uno de los árboles más evolucionados del bosque ibérico, ya que el corcho no es sido una protección contra el fuego que esta especie de fagácea a desarrollado a lo largo de los siglos.

Alcornoque


También hay Acebuches (Olea europeae), Castaños (Castanea sativa y Aesculus hippocastanum) y otros muchos árboles no autóctonos de este bosque, que aunque no son tan representativos como la encina o el alcornoque, cumplen una función vital para el mantenimiento de este bosque.

Pero si algo distingue el bosque mediterráneo del resto de ecosistemas es la de plantas arbustivas y matorrales, todos consecuencia de la degradación y la degeneración de bosques enteros de encinares y alcornocales :

Jarales : La presencia de jaras en el ecosistema mediterráneo es debido a la degeneración de encinas y alcornoques. Puede decirse que los jarales son sustitutos de bosques. Habitan en suelos ácidos haciendo difícil la proliferación de otras especies. Principalmente ocupan las extensiones de bosques que han sido arrasadas por el fuego. El jaral mediterráneo está constituido básicamente por una especie, la Jara Pringosa ( Cistus ladanifer).

Flor de la Jara Pringosa



Madroñales : Los madroños son arbustos con un tamaño considerable y que habitan lugares frescos de las sierras donde antes existía el alcornoque. Los madroñales están compuestos básicamente por una especie, Arbustus unedo. 

Madroñera llena de madroños


Brezales : Aunque su distribución y su abundancia no es mucha, reina sobre todo en las umbrías de las sierras, en lugares frescos y con una cierta humedad. Su especie más sobresaliente es la Erica australis



Brezal en la umbría serrana


Escobonales y Retamares : De forma general, predominan en los llanos mediterráneos las Retamas (Retama sphaerocarpa), acompañada a veces por Escobonales de la especie Cytisus scoparius. Ambas especies son beneficiosas para el pastoreo y la ganadería, ya que poseen la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico gracias a unos nódulos que poseen en sus raíces y que permite obtener a la planta una sencilla y beneficiosa fuente de nitrógeno en forma de amoniaco que posteriormente utilizará para formar las partes verdes de la planta (sobre todo hojas).

Retama en plena floración


Junto con los Tomillares, Cantuesales y algunos Tamujares, todos estos sistemas de matorral adornan el suelo del ecosistema mediterráneo, acompañados en las alturas por encinas y alcornoques, fundamentalmente.

Su importancia ecológica para el mantenimiento del ecosistema mediterráneo es vital. Los grandes árboles como encinas y alcornoques alimentan la fauna omnívora y herbívora del bosque mediterráneo con su energético fruto, la bellota, además de servir como lugar de anidación de multitud de rapaces mediterráneas entre las que destaca el Águila Imperial Ibérica . El matorral mediterráneo por su parte permite la supervivencia de innumerables animales (sobre todo aves) durante la estación fría, además de ser el refugio o cobijo de muchos micromamíferos, gracias a la producción de frutas y frutillos tales como madroños y bayas de distintas clases. Esto a provocado que las aves de pequeño tamaño cambien su hábito alimenticio durante el invierno para no tener que migrar a otros lugares en busca de su sustento habitual. Y aquí es donde radica la importancia del matorral, gracias a éste hay vida en el bosque mediterráneo durante el invierno. Pero además de servir de alimento a pajarillos, los frutillos también permiten la supervivencia de carnívoros...

©Emilio J. Orovengua.