Increíble, pero cierto…La Naturaleza nunca nos dejará de
sorprender.
Si hace algunos meses decía textualmente: “se necesitarán meses enteros de lluvias constantes para volver a los valores normales y medios de nuestros embalses y pantanos”, pues dicho y hecho…parece que la Virgen de la Cueva o
alguna otra divinidad relacionada con la meteorología me escuchó y activó el “rain mode” en la atmósfera.
Bromas aparte, debido a los hechos de precipitaciones acontecidos
en los últimos meses, la Naturaleza nos da demostrado como se puede revertir una
situación crítica de agua en relativamente poco tiempo si se dan las
condiciones idóneas. Además, los seres humanos somos tan originales, que le ponemos nombres a los fenómenos
meteorológicos y si a alguien hay que agradecer que las reservas de agua en
España estén ahora mismo al 65% de su capacidad
es a Emma, Félix, Gisele o Hugo (aunque no solo trajeron agua…
desgraciadamente, el suroeste de la Península se ha visto muy afectada por
estas borrasca y los daños y desperfectos se tasan en millones de euros).
Han sido intensas y potentes borrascas que desde finales del
mes de Enero de 2018 nos han visitado semana tras semana. Algunas de ellas,
antes de cruzar el Atlántico rumbo hacia las costas de Portugal, España y
Francia ya habían impactado con intensos vientos y fuertes lluvias en las regiones
nordeste de Estados Unidos y Canadá. Allí son llamadas Nor´easters, y muchas de ellas se originan como ciclogénesis
explosivas.
Respecto a datos que nos ofrece el portal www.embalses.net, sólo ver “el subidón” del gráfico que
adjunto ya nos podemos hacer una idea.
El 10 de Febrero de 2018 la reserva se situaba en un 42%, dos meses después, a 9 de Abril de 2018, estamos superando el 65%, +23% que en son nada más y nada menos que
13.000 hectómetros cúbicos más de agua en nuestros embalses ¡¡¡GUAU!!!!
Un mes de Febrero muy húmedo
que ha registrado una precipitación media un 38% por encima de lo normal (según los
registros estadísticos de los últimos 30 años) y el final lluvioso de la estación
invernal ha conseguido que los embalses
aumenten sus niveles a un ritmo brutal.
El hecho de tener “las bañeras” con niveles aceptables y que
nos aseguran agua disponible para los próximos meses, no nos exime de seguir
pensando de que este es un recurso finito. Es más una cuestión de mentalidad,
que de necesidad, no hay que esperar a vivir una situación límite para corregir
actos y costumbres, aunque los Humanos solemos tropezar no una, sino varias
veces con la misma piedra para corregir nuestra aptitud.
Pero esto parece que aún no ha llegado a su fin. El “rain mode” se ha instalado en los cielos españoles durante algunas semanas más y la
primavera, el deshielo y derretimiento de las nieves de las montañas darán un
nuevo empujón en positivo a los niveles de agua embalsada, que con toda
seguridad alcanzará los niveles medios de los últimos 10 años y que a día de hoy
se sitúa en el 70%.
©Emilio J. Orovengua.
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