lunes, 4 de noviembre de 2013

EL SENDERISTA: RECOLECTOR Y DISPERSOR DE SEMILLAS (Artículo cortesía de José Luis Sáez Sáez)

Senderista es el peatón capaz de andar por caminos más estrechos que las veredas, con objeto de acceder a bellos paisajes, de practicar deportes, de mejorar o mantener la forma física, de recolectar hongos, de pescar, de hacer fotografías, de peregrinar, etc. 

El senderista transita por todo tipo de parajes, por sitios desarbolados, pero también  por bosques, por montes, por sotos y riberas. A su alcance está el poder recolectar semillas  maduras de los árboles con solo alargar la mano, en el tiempo adecuado, normalmente en verano u otoño.  Tengo publicado el blog: http://plantararboles.blogspot.com, que puede ayudar a identificar los frutos y semillas de los árboles y arbustos más comunes en nuestro país. En un sencillo montaje de 4 fotografías se aprecian los frutos cuando están verdes, los frutos cuando están maduros y listos para recolectar, y cómo son las semillas de cada uno de esos árboles, una vez extraídas de los frutos maduros. De paso, se dan unas cortas pero suficientes instrucciones para llevar a cabo la siembra de las semillas y obtener así nuevos árboles.


El senderista puede dispersar las semillas recolectadas por parajes desarbolados, por terrenos dejados inservibles por las numerosas obras de infraestructuras, por escombreras, en territorios abandonados o deshabitados o despoblados….

Si las semillas las tirara a boleo, no haría menos que la naturaleza, que las deja sobre el suelo. Pero hay que tirar muchos miles de semillas para obtener resultados y elegir los momentos más propicios: a su debido tiempo y cuando llueve, ha llovido o va a llover. Este método se puede utilizar para alcanzar sitios inaccesibles: barrancos, terraplenes, raquetas ricamente cercadas.

Las posibilidades de éxito aumentarían extraordinariamente si las semillas las enterrara ligeramente, directamente sobre el terreno.No digamos, si las enterrara en la terraza, jardín o corral de su casa, en macetas o semilleros, obteniendo así  plantones, que luego habría de trasplantar.

Finalmente, existe el método Nendo Dango, que consiste en envolver las semillas en bolitas de barro, dejar que se sequen, llevarlas y esparcirlas por el campo, en donde estarán protegidas de la climatología y de los animales hasta que, con las primeras lluvias importantes, se empape el barro de las bolitas, germinen las semillas y enraícen más fácilmente en el terreno.

En mi blog http://plantararboles.blogspot.com trato de dar ideas, debidamente contrastadas, aporto documentación gráfica y espero despertar una afición bonita y barata, que los profesionales, las empresas y las instituciones no pueden hacer gratis, tal y como yo propongo.

©José Luis Sáez Sáez 

miércoles, 30 de octubre de 2013

LOS ÁRBOLES ENVÍAN SEÑALES DE AUXILIO A LAS AVES CUANDO LOS INSECTOS LES ATACAN

Investigadores de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC) y del Centro de Ecología Terrestre (NIOO) de los Paises Bajos han descubierto que las aves que se alimentan de insectos se sienten atraídas por los árboles infectados por orugas de mariposa (lepidópteras) y el mecanismo responsable de este comportamiento.
“Ante el ataque de las orugas, las plantas desarrollan una respuesta de defensa que incluye la liberación de compuestos volátiles que las aves depredadoras usan para encontrar a sus presas”, declara a SINC Luisa Amo de Paz, autora principal del estudio e investigadora de la EEZA-CSIC.
“Este fenómeno se había estudiado en artrópodos depredadores, pero apenas en aves insectívoras, a pesar de que son uno de los depredadores más importantes de insectos”, continúa.
Para conocer este mecanismo, los científicos hicieron diversos experimentos con carboneros comunes, Parus major. Dejaron elegir a las aves entre un árbol infectado por orugas lepidópteras y otro no infectado. Asimismo, en los experimentos quitaron cualquier resto químico de las orugas para poder concluir que las aves están atraídas por las señales químicas que emite el árbol, y no por ninguna señal que dejen los gusanos.
“Nuestros resultados mostraron que los carboneros comunes son capaces de discriminar entre árboles infectados por orugas y árboles no infectados, ya que observamos que las aves visitaron por primera vez el árbol infectado y además realizaron un mayor número de visitas al árbol que tenía orugas que al árbol no infectado”, apunta la investigadora.
Las aves se sintieron atraídas por los árboles infectados incluso cuando, justo antes del experimento, les retiramos las orugas y las hojas dañadas por ellas, lo que demuestra que las aves reciben una señal del árbol infectado para reconocerlo.
Los árboles infectados y no infectados difirieron tanto en la emisión de compuestos volátiles, como en la coloración de las hojas. Tanto la vista como el olfato podrían estar implicados en la discriminación de las aves.
“Sin embargo, realizamos un segundo experimento para conocer qué tipo de señal usaban las aves. En este  experimento ofrecimos a los carboneros ambas señales aisladas y observamos que la atracción por los árboles infectados se mantuvo cuando las aves pudieron únicamente oler los árboles, pero no cuando solo podían verlos”, señala Amo de Paz.
Este hecho implica que las aves pueden oler qué árbol está infectado gracias a las diferencias en los compuestos químicos emitidos por las plantas.
Un beneficio mutuo para aves y plantas
Según la investigadora, esto supone un beneficio para la planta, ya que las aves insectívoras son grandes depredadores y les ayuda a librarse de los insectos.
Desde el punto de vista del ave, usar las señales químicas de las plantas infectadas también es beneficioso, ya que le proporcionan información acerca de la presencia de su alimento. Esto es especialmente determinante en periodos de cría donde las aves no solo deben encontrar comida para ellas, sino también para sus polluelos.
“Esta evidencia de la habilidad de las aves insectívoras para utilizar las señales químicas de las plantas es muy importante, teniendo en cuenta que las tasas de depredación de estos animales son mucho más altas que las de artrópodos depredadores. Además, pone de manifiesto la necesidad de considerar a las aves insectívoras en el control biológico de plagas”, concluye Amo de Paz.
FUENTE: Agencia SINC

domingo, 20 de octubre de 2013

LAS ESPECIES II. PROCESOS QUE DETERMINAN SU EXTINCIÓN

Según al autor que hagamos referencia, los procesos que determinan la extinción de las especies puede ser…

Para ERLICH:
     Factores Bióticos (Competición, Depredación, Parasitismo y Enfermedades)
           Insularización.
           Alteración de Hábitats (Cambios Geológicos, Clima, Catástrofes, El Hombre)
Para MYERS:
     Explotación.
     Fragmentación del Hábitat.
     Polución y Disturbios.
Para JONES:
     La Caza.
     La Destrucción del Hábitat.
     Las Fuerzas Competivas.
     Las Enfermedades.

Y éstos son los tipos de Extinción de Especies:

ESTINCIÓN POR COMPETICIÓN. Es la competición de 2 especies por un mismo recurso dentro de un sistema, así, uno puede excluir al otro, o bien, puede explotar uno a otro. Esto no se da nunca a no ser que ocurra en una Isla o región aislada. A nivel continental, la competencia puede disminuir la densidad de una especie y el rango de la misma. Las características de una Isla son muy homogéneas y una especie no se puede refugiar y explotar otros recursos. La competencia no se da en hábitat heterogéneos.

EXTINCIÓN POR DEPREDACIÓN. No provoca la extinción entre especies y depende de la Heterogeneidad. Sólo se da extinción por esta causa si el sistema es homogéneo (Islas). Se dice que un depredador nunca aniquila totalmente a su presa…

EXTINCIÓN POR PARASITISMO Y ENFERMEDAD. Un patógeno no tiene la intención de predar o extinguir a su huésped. Según el Balance Epidémico de Van der Plank, la tendencia entre el patógeno y la víctima hospedadora tienden al equilibrio a lo largo del tiempo, de tal forma que la Selección Natural intentaría la convergencia entre los hospedadores se vuelven más resistentes y los patógenos menos virulentos. Un claro ejemplo es la relación entre el Virus de la Mixomatosis y el Conejo de Monte, las tasas de mortalidad en la década de los 50 fue del 80-90%, mientras que 50 años después rodaban el 40-50%. En condiciones normales raramente una enfermedad provoca la desaparición de una especie ene la Naturaleza, sólo se dará, nuevamente, en regiones aisladas o en especies endémicas.

INSULARIZACIÓN. Provoca una reducción, fragmentación y aislamiento.
- Reducción de las poblaciones y extinción de especies en los nuevos bordes.
- Pérdidas de especies claves.
- Aislamiento de taxas, colapso faunístico, deriva genética y pérdida de la variabilidad genética.
-  Endogamia
-  Aumento del tamaño poblacional de especies invasoras.
-  Cambios en la composición y estructura trófica.
-  Aumento dela vulnerabilidad.

ALTERACIÓN DEL HÁBITAT.
- Los Cambios Geológicos lentos pueden producir la extinción y enrarrecimento de las poblaciones.
- Los Cambios Climáticos se producen en grandes periodos de tiempo y dan tiempo a la aparacición de nuevas especies y la desapación de otras peor adaptadas.
- Las Catátrofes pueden hacer desaparecer especies endémicas de un lugar.

INCIDENCIA HUMANA. Si lo metemos dentro de todos los factores anteriores, funciona como un factor negativo y la incidencia de éstas es mayor, de esta forma, puede extinguir una especie por cualquiera de las vías mencionadas.

Pero ¿QUÉ ESPECIES SE EXTINGUEN?...
1.       Animales Raros.
2.       Especies con un tamaño individual grande.
3.       Posición relativamente elevada en la Red Trófica.
4.       Evolución controlada biológicamente.
5.       Especialización de hábitat.
7.       Participación en Mutualismos y Relaciones Coevolutivas.
8.       Exsitencias de ecosistema de elevada diversidad.

Se extinguen las especies que se encuentran en la cúspide, en lo más alto de la pirámide trófica, ya que les afecta cualquier modificación de los recursos que están por debajo. Por cada especie que se extingue, 30 se hacen vulnerables dentro de ese sistema.

©Emilio J. Orovengua