Granito a granito, hojita a hojita, bichito a bichito…y un sin fin de sustancias más que estas trabajadoras incansables acarrean desde cualquier lugar hasta su hormiguero.
El trabajo de las hormigas podríamos compararlo con el trabajo que se realiza en las grandes industrias, donde las hormigas serían los camiones de transporte y la industria su enorme y laberíntico hormiguero estructurado jerárquicamente, donde cada semilla, cada huevo, cada larva es situada en un determinado y específico lugar de esta magnífica construcción subterránea .
Puede que la anterior comparación sea algo confusa, pero ¿quién se fijó en quién?. Si buscamos un poquito en la insólita y fascinante Naturaleza, nos daremos cuenta que todo aquello que rodea al hombre, no es sino una mera copia de la Madre Naturaleza.
Describir a estos maravillosos y casi inmortales seres es realmente difícil, no basta con decir que son unos diminutos bichitos que la mínimo descuido se nos han metido en el pan o se están comiendo ya las magdalenas. La vida de las hormigas es mucho más compleja que todo esto, es el día a día, la lucha por la supervivencia, la obligación de encontrar comida para continuar existiendo, la lucha contra las inclemencias ( sean del tipo que sean).
Con una armónica organización casi perfecta, mucho mejor que la de los humanos, en la que cada uno de sus miembros que componen una comuna de este tipo sigue una estricta y dedicada obligación sin que, ni por un momento, esta organización se rompa. En cada hormiguero existe una o varias reinas cuya función es la de ser fecundada y poner huevos que más tarde darán lugar a pequeñas larvas que tras sufrir una metamorfosis se convierten en ninfas y luego en insectos adultos. Se distinguen también los soldados y las obreras a las cuales se les asignan diversas actividades como la construcción del hormiguero, cuidado y alimentación de la prole, recolección de comida y defensa del hormiguero, y por último un tercer tipo que son las hormigas sexuadas o machos (también llamados hormigones) que están alados durante el periodo nupcial y cuya obligación es fecundar a la reina. De esta manera este ejército es renovado cíclicamente.
El trabajo de las hormigas podríamos compararlo con el trabajo que se realiza en las grandes industrias, donde las hormigas serían los camiones de transporte y la industria su enorme y laberíntico hormiguero estructurado jerárquicamente, donde cada semilla, cada huevo, cada larva es situada en un determinado y específico lugar de esta magnífica construcción subterránea .
Puede que la anterior comparación sea algo confusa, pero ¿quién se fijó en quién?. Si buscamos un poquito en la insólita y fascinante Naturaleza, nos daremos cuenta que todo aquello que rodea al hombre, no es sino una mera copia de la Madre Naturaleza.
Describir a estos maravillosos y casi inmortales seres es realmente difícil, no basta con decir que son unos diminutos bichitos que la mínimo descuido se nos han metido en el pan o se están comiendo ya las magdalenas. La vida de las hormigas es mucho más compleja que todo esto, es el día a día, la lucha por la supervivencia, la obligación de encontrar comida para continuar existiendo, la lucha contra las inclemencias ( sean del tipo que sean).
Con una armónica organización casi perfecta, mucho mejor que la de los humanos, en la que cada uno de sus miembros que componen una comuna de este tipo sigue una estricta y dedicada obligación sin que, ni por un momento, esta organización se rompa. En cada hormiguero existe una o varias reinas cuya función es la de ser fecundada y poner huevos que más tarde darán lugar a pequeñas larvas que tras sufrir una metamorfosis se convierten en ninfas y luego en insectos adultos. Se distinguen también los soldados y las obreras a las cuales se les asignan diversas actividades como la construcción del hormiguero, cuidado y alimentación de la prole, recolección de comida y defensa del hormiguero, y por último un tercer tipo que son las hormigas sexuadas o machos (también llamados hormigones) que están alados durante el periodo nupcial y cuya obligación es fecundar a la reina. De esta manera este ejército es renovado cíclicamente.
Muchas veces nos habremos sentido incómodos con su presencia, pero tenemos que tener en cuenta que estamos hablando de una de los seres más fuertes del mundo (respecto a su morfología, volumen y estructura) pudiendo levantar 100 veces su propio peso, eso sí, con el permiso de los escarabajos que llegan a levantar 850 veces su propio peso ¡¡todo un record!!
Y nada mejor para finalizar este artículo que una frase de Benjamín Franklin que habla por si sola: NADIE PREDICA MEJOR QUE LA HORMIGA, Y NO HABLA.
Y nada mejor para finalizar este artículo que una frase de Benjamín Franklin que habla por si sola: NADIE PREDICA MEJOR QUE LA HORMIGA, Y NO HABLA.
Emilio José Orovengua López