No cabe duda que la carretera ha sido, es y será la tumba para muchos animales que osan a cruzarla sobre todo durante el crepúsculo, tal es el caso de liebres, conejos, zorros, jabalíes, ciervos, garduñas, jinetas y cualquier tipo de animal doméstico, sobre todo perros que en llegando el verano miles de estos canes son abandonados en los márgenes de la carretera siendo un peligro potencial para los conductores que por ella transitan.
Este hecho, el de los atropellos, a propiciado que muchas especies de aves y mamíferos se aprovechen de estos atropellos fortuitos para su propio beneficio y sustento. Ese es el caso, por ejemplo, de rapaces como los milanos negros y reales, zorros, urracas y grajillas. Por ello no es raro ver a estos autoestopistas tan singulares en los márgenes de la carretera o incluso en el arcén de la misma. Así pues, este fenómeno de buscar el alimento en vez de en el monte en el asfalto a provocado que especies como los milanos negros hayan prosperado tanto, ya que si nos fijamos sólo un poquito cuando vamos al volante o bien de acompañantes, no resulta difícil ver revoloteando por encima de los vehículos a lo largo de una nacional a estas rapaces, e incluso, si tenemos algo de suerte, podremos observar la arriesgada maniobra, entre coche y coche y con una precisión milimétrica, que estas aves realizan para arrancar un pedazo de carne que a quedado impreso en el medio de la carretera de alguna desafortunada víctima.
Garduña atropellada en la N-630 a su paso por Cañaveral
Pero los milanos no son los únicos que se aprovechan de este self-service tan peculiar. Esta labor ,que a su vez se puede catalogar como de limpieza y sanitaria al mismo tiempo, no es coto privado únicamente de los milanos, sino que maese raposo, ¡vamos el zorro de toda la vida !, también aprovecha esta carne gratis, que aunque supone un ahorro energético muy importante lleva implícito un riesgo que puede resultar letal. Su astucia, su inteligencia y ser probablemente el animal que mejor se a adaptado a la convivencia con el hombre, hecho que le permite aprovecharse de él en múltiples ocasiones, le ha permitido adquirir una técnica de caza o más bien una forma de sobrevivir muy especial. Se han dado casos en los cuales los zorros se pasean ,literalmente, por el arcén de la carretera buscando algo para llevarse a la boca, aunque, si bien es cierto, que el índice de mortalidad en la carretera de estos depredadores es altísimo, parece ser que existe una estirpe más evolucionada, o quizás haya sido el hambre lo que les ha permitido adquirir esta capacidad tan especial de obtener alimento.
Pero, lamentablemente, los animales no son los únicos perjudicados ante un choque de estas características, los conductores y acompañantes que tienen la mala suerte de toparse con animales de la talla de un jabalí, un ciervo, o bien, alguna vaca o res brava pueden dar gracias a Dios si viven para contarlo. Pero no siempre tienen la culpa los animales por cruzar la carretera, ya que en aquellas tramos de carretera donde existe un flujo más o menos continuo de especies de caza mayor como el jabalí, el ciervo o el gamo están debidamente señalizados y es donde nosotros debemos extremar la precaución y actuar en consecuencia. También nos podemos encontrar en tramos donde hay ganado en ambos lados de la carretera, donde también existen señales que indican precaución con animales domésticos, aunque hay que reseñar que detrás de la mayoría de los accidentes producidos por vacas, toros, caballos, ovejas, cabras o porcinos está la mano del hombre por : verjas o puertas mal cerradas, cercados mal alambrados, portillos sin la suficiente altura y otros muchos descuidos que desencadenan, en ocasiones, sucesos terribles .
Ya solo queda decir que mucha precaución en la carretera y feliz viaje a todos.
©Emilio J. Orovengua