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martes, 2 de septiembre de 2008

EL ZORRO, MÁS ASTUTO QUE NADIE...

El zorro (Vulpes vulpes) es sin duda el carnívoro mejor adaptado en esta época de cambios constantes en los ecosistemas. Su adaptabilidad y su alta tasa de reproducción, le permite todavía ser una estampa presente en toda Europa.

Tiene un tamaño mediano parecido a un perro de pequeña talla. Mide de 60 a 90 cm de longitud entre la cabeza y el tronco, 30 o 40 cm de cola ancha y empenechada y con una altura que ronda los 35-40cm. Este tamaño se corresponde con un peso aproximado de 7 kg en los ejemplares mayores.

Sus orejas son grandes, puntiagudas y triangulares, su hocico es afilado y sus patas relativamente cortas con respecto a su cuerpo y volumen.

La coloración de su pelaje es pardo rojiza en las partes superiores y el vientre puede ser desde pardo oscuro a blancuzco.

El zorro es un animal extraordinariamente inteligente y la agudeza y precisión de sus sentidos y de sus ágiles reflejos lo hacen aún más poderoso. Todos los sentidos son excelentes, sin exceptuar ninguno, pero algunos zoólogos creen que la vista es su sentido más débil. Sus largas y móviles orejas le permiten recoger el menor ruido que se produzca a su alrededor y, por tanto, tener una oído excelente. Su olfato también es muy bueno y lo utiliza para coger vientos, seguir rastros o encontrar carroña o frutos. Sus ojos, grandes y redondos, nos delatan sus hábitos nocturnos, ya que su pupila tiene disposición vertical como la de los felinos.


Sus dominios se extienden desde la Tundra Ártica a las latitudes mediterráneas, y desde las costas del este de América de Norte, Asia y Europa.

Existen en todo el Mundo 35 subespecies de zorros y estos son algunos de ellos: zorro plateado, zorro ártico, zorro americano, zorro azul, zorro gris, zorro de la Pampa o el zorro rojo.

Los raposos son animales oportunistas y tienen la facultad de comer de todo, es decir, son omnívoros natos. En invierno y primavera suelen cazar para alimentarse conejos, pequeños ungulados, roedores y desperdicios humanos. Cuando llega el verano y hasta mediados de otoño, los frutos silvestres y las bayas componen la dieta esencial de este mamífero. Pero además de todo esto, sus asaltos a gallineros y granjas son cada vez más frecuentes, y cuando el hambre aprieta no dudan en zambullirse en el agua en busca de algún pescaito, si antes no han saciado su hambre con aves, insectos, reptiles o anfibios. También son grandes estrategas en la caza de ratas, esas mismas que abundan en la cloacas y alcantarillas de pueblos y ciudades y que están abandonando éstas para adentrarse en nuestros bosques. Así, los raposos mantienen a raya estas poblaciones de ratas comunes, evitando, entre otras cosas la transmisión de enfermedades por parte de las ratas.

La desaparición masiva de sus enemigos naturales como las grandes Águilas, Linces o Lobos, la abundancia y proliferanción de basureros o la colocación de cepos, lazos o venenos forman parte de la mecha que ha hecho explotar la bomba de la expansión de este carnívoro. Si a esto incluimos la fácil adaptabilidad de este cánido a cualquier tipo de ecosistema, ya que lo mismo lo podemos encontrar a 3.200 metros de altura en los Pirineos que al pié de un poblado o una urbanización al borde de la playa, se acaban por obtener las claves de la expansión de esta especie.

Algunas artes de caza no selectivas como son los cepos, lazos o venenos son autorizados en algunos casos. En estas trampas además de caer zorros, caen otras especies competidoras de los zorros como son los linces, tejones, garduñas o meloncillos por citar algunos de ellos. Por consiguiente, el mayor beneficiario de estas artes de caza son los raposos, ya que se elimina de los campos su posible competencia y aumentan por tanto las poblaciones de zorros en los lugares donde son utilizadas.

La astucia de maese raposo es sobresaliente. Se le acusa de ser una animal taimado, artero y burlón. También se dice que se ríe en muchas ocasiones de aquellos que lo persiguen, generalmente furtivos y alimañeros, diciendo de ellos que incluso pueden oler el acero de sus cepos.

©Emilio J. Orovengua


jueves, 12 de junio de 2008

JABALÍ: EL GUERRERO DEL BOSQUE

Hablar del jabalí, es hablar de fuerza, valentía y poder.


El jabalí (sus scrofa) pertenece a la amplia familia de los Suídos, repartida por los 5 continentes, con polimorfismos entre sus distintos medios que han terminado su adaptación y aclimatación al medio.


Pero volviendo a los que nosotros podríamos denominar como “ cochino de campo”, no es más que un hermano silvestre de nuestro pariente el cerdo doméstico, eso sí, con numerosas variaciones que la naturaleza ha ido moldeando en su evolución. Su estampa, la de los grandes machos o verracos, es la de un gladiador, la de un luchador nato, todo un prodigio de la estampa viril. Su robusta y voluminosa cabeza se continúa con un corto pero poderoso cuello, que da paso a un sólido cuerpo cónico terminado en un pequeño y peludo rabo y apoyado sobre dos patas traseras, más bajas que las delanteras, que lo capacitan para un mayor empuje y potencia hacia delante.


Es la imagen de un guerrero, que no en vano, va armado con unos largos y afilados colmillos que pueden llegar a medir 22 cm de largo y que en el argot de cazadores, monteros y demás hombres de campo han sido acuñadas como “navajas”. También junto a estas temibles armas, una boca provista de 6 incisivos y 8 premorales. Su cuerpo está cubierto de un denso pelaje formado por recias cerdas superpuestas en su parte dorsal y que en los momentos de excitación se convierten en finas púas largas y erectas. Es un animal con una óptica muy deficiente lo que ha hecho que la evolución lo haya dotado de un finísimo oído y un excelente olfato. Su largo hocico desprovisto de borra por sus numerosas inclusiones en el suelo, termina en un jeta con unas fosas nasales sensibles y móviles. De igual modo ocurre con sus orejas, largas y semi-móviles, que le capacitan a este guerrero para la supervivencia en la angosta y hostil espesura del monte mediterráneo.


Es un animal de hábitos alimenticios nocturnos exclusivamente, a pesar de que en raras ocasiones se les haya visto deambular a la luz del día por el espeso matorral. Su menú lo componen un variado número de alimentos, ya que puede comer desde simples brotes o plántulas, hasta carroña y conejos, no desperdiciando setas, bulbos, raíces, musgos, líquenes, insectos, bellotas, frutos silvestres, reptiles, micromamíferos, etc. Esta extensa despensa de alimentos delatan su acusado omnivorismo, siendo capaz de llegarse a la boca cualquier sustancia orgánica viva o muerta. Su consecuente omnivorismo ha hecho que estos animales se acerquen a los vertederos urbanos para saciar su hambre con los detritos orgánicos de los humanos, siendo los jabalíes clientes habituales de los basureros.


El jabalí, al igual que el cerdo doméstico “tiene la cruz” de que debe estar siempre en contacto de una u otra forma con el agua, ya que estos animales carecen de glándulas sudoríparas que protejan su piel. Para ello, utilizan sus charcas o “bañas” donde se revuelcan de forma periódica para mantener una protección y una humedad en su piel. A su vez, estos baños de barro y lodo sirven al jabalí para desparasitarse de todos aquellos inquilinos ajenos a su voluntad.
Baña de jabalíes


A pesar de lo que muchos piensan, el jabalí es un animal tímido, aunque de carácter fuerte. Aunque se ha cuestionado muchas veces si los jabalíes son agresivos por naturaleza, yo dudo que utilicen esas poderosas defensas de las que he hablado antes a menos que se sientan amenazados, acorralados, heridos o en periodos nupciales. Y aunque su aspecto nos recuerde a los míticos monstruos de cabezas y cuerpos deformados por su increíble fiereza y maldad, nunca luchará a no ser que las condiciones las requieran. Como cualquier animal, incluido el Hombre, tiende a defender su territorio y a los suyos siempre que éste o éstos se vean amenazados. Un jabalí a pesar de su robusta anatomía, primero huye y, en el caso de que la huída no fructificara, después plantará cara a todo aquel que medie en su camino…

Grabación con un móvil de un Jabalí macho



©Emilio J. Orovengua 

lunes, 2 de junio de 2008

EL JABALÍ: SU ECOLOGÍA Y LA PIARA

La función ecológica de los jabalíes en los bosques mediterráneos es vital para la existencia de un equilibrio ecológico en el medio, aunque últimamente la desaparición de especies predadoras o competidoras de éstos está haciendo que, hoy en día, exista una superpoblación de estos suídos.

Por este motivo, principalmente, en parques y reservas naturales españolas se hacen periódicamente batidas y recechos para controlar su abundancia. Si tuviéramos que situar al jabalí en la cadena trófica o pirámide trófica ibérica, éste como buen omnívoro que es, estaría en un escalón intermedio entre los predadores carnívoros y los animales herbívoros. Pero en España tan sólo existe un carnívoro que se atreva con el jabalí adulto, y ese es el Lobo. Pero ya apenas hay lobos en la Península Ibérica, así pues, actualmente el lobo y el jabalí se encontrarían en el peldaño más alto de esta pirámide trófica.

En lo que concierne a la Piara, las jabalinas durante los periodos de crianza de la prole se muestran muy agresivas y supercelosas, y aunque su peso medio ronda los 60 ó 70 kilogramos, algunas viejas cochinas pueden llegar a alcanzar los 100 kilos y pueden ser tremendamente peligrosas. Su agresividad se pone de manifiesto cuando cualquier animal (incluido el hombre) se atreve ha agredir , atacar o predar a alguno de sus retoños, adquiriendo ésta una agresividad equiparable a la de los grandes machos y aunque sus defensas tienen un tamaño considerablemente menor, esto no quiere decir que el invasor acabe muerto o mal herido .

Los jabalíes se agrupan en piaras conformando dentro de éstas una jerarquía determinada. En cada piara existe una hembra de mayor edad y sus numerosos descendientes. Hasta los 2 años el jabalí no adquiere la madurez sexual, por lo tanto, pennanecerá en el seno de la piara hasta cumplir estos 2 años, así pues, la piara está constituida por varias hembras ( descendientes de varias generaciones ), lechones o rayones, bennejos (llamados así cuando a los 5 meses aproximadamente los rayones tienen un color rojizo) e individuos machos menores de 2 años.

Los grandes machos hacen acto de presencia esporádicamente en la época de celo, pudiéndose observar en estos periodos encarnizados combates acompañados de ruidosos gruñidos y violentos movimientos, que en ocasiones acaban con la vida de uno de los dos contendientes.

Tras aparearse con las hembras durante el periodo invernal, el verraco abandona la piara y mantiene un control periférico de su tenritorio. Después de 4 meses, en la primavera llegarán los partos de las jabalinas y el nacimiento de los lechones.

©Emilio J. Orovengua 

sábado, 17 de mayo de 2008

MURCIÉLAGOS: LOS SEÑORES DE LA NOCHE

Cuando oímos hablar de murciélagos la mayoría de las veces se nos viene a la imaginación una falsa creencia sobre estos animales voladores. La imagen que se proyecta en nuestro cerebro es la de un bicho con largos y afilados colmillos goteantes de la sangre que habrá extraído de su desafortunada víctima al igual que hacia el famoso Drácula que se transformaba en murciélago para entrar en las alcobas de sus femeninas víctimas. Pero lejos de estas creencias queda la realidad de lo que realmente son los murciélagos, mamíferos voladores cuya dieta se basa principalmente en insectos, pequeños animales, néctar o frutas.
Estos seres pertenecen a la familia de los Quirópteros y tiene una aInplia distribución en todo el globo, aunque principalmente se hallan a ambos lados del ecuador. Están agrupados en 19 familias, 170 géneros y 977 especies de las cuales 25 están presentes en nuestro país. Los hay Insectívoros pudiéndose llegar a comer hasta 500 insectos en una hora, y una colonia numerosa de individuos puede ingerir toneladas de éstos en una sola noche ; Frugívoros que se alimentan esencialmente de frutas; Nectívoros cuya dieta se basa en néctar y polen, y Carnívoros que se nutren de ranas, roedores y pequeños vertebrados. Como podéis ver no hay desperdicio en la función que desempeñan estos animales en su entorno, en los ecosistemas :
INSECTÍVOROS: Controlan la abundancia de mosquitos, escarabajos, polillas, saltamontes, etc y que lamentablemente son cada día más escasos en pueblos y ciudades descuidando así la oportunidad de tener insecticidas naturales sin coste alguno. Este tipo de murciélagos cazan por Ecolocalización o Localización Ultrasónica, ubicando las presas por medio de un sistema de radar natural y pudiendo dar caza a insectos de menos de un milímetro. Este sistema consiste en el tanteo del entorno por medio de la emisión de señales acústicas especiales o voces ultrasónicas de alta frecuencia. Estas emisiones de sonidos se generan en la garganta y son irradiadas a través de la boca o la nariz y van desde una frecuencia de 20.000 hasta más de 1.000.000 de Hz, inaudibles para el oído humano cuyo límite de audición se sitúa en 16.000 Hz. Estas señales ultrasónicas alcanzan unos 4 ó 5 metros de distancia pudiendo variar dependiendo de las condiciones climatológicas. Por poner un ejemplo, el Murciélago de Herradura emite un sonido en vuelo cada 150 milisegundos o lo que es lo mismo cada 0.15 segundos, que es reflejada por los objetos del medio y alcanza el oído del murciélago al instante, y basándose en el tiempo transcurrido desde la emisión y la recepción el animal averigua al distancia de lo que tiene enfrente. Otra característica de éstos es la posesión de grandes pabellones auditivos u orejas que les penniten una perfecta recepción de las ondas ultrasónicas.

FRUGÍVOROS : O comedores de frutas que se distribuyen principalmente en las selvas tropicales o subtropicales donde hay abundancia de plátanos, mangos, papayas o cualquier otra fruta. En este caso sus sentidos más desarrollado son la visión y el olfato. A este tipo de murciélagos pertenecen los llamados zorros voladores, llamados así porque su cabeza y sobre todo su hocico recuerda el de los zorros. Contrario a lo que se pensaba, la acción de éstos es vital para la subsistencia de los ecosistemas en los que habitan, que lejos de ser dañinos para la selva, se presentan como unos excelentes agentes dispersadores de semillas en sus noctámbulas correrías y son considerados los mayores cultivadores de la selva por su capacidad dispersadora.

NECTÍVOROS : También llamados Libadores o lamedores de néctar y polen y cuya función de polinización es esencial para el mantenimiento de la biomasa vegetal, y es más, existen algunas plantas que abren sus flores durante la noche para aprovecharse de estos magníficos polinizadores. Su morfología es muy parecida a la de los frugívoros pero a diferencia de éstos poseen una larga y estrecha lengua para libar el néctar .

CARNÍVOROS: como ya he dicho antes de alimentan de pequeños vertebrados y mantienen a raya las poblaciones de estos. En este caso, su boca esta armada de fuertes dientes para matar a sus víctimas.
Una vez hecha esta clasificación, sólo me queda hablar de los que mayor interés suscitan en el ámbito social y que son los principales actores de más sangrientas películas, son los llaInados Murciélagos Hematófagos o más vulgarmente conocidos Vampiros... pero esto es otra historia que os contaré en I ni próximo artículo...

©Emilio J. Orovengua 

lunes, 3 de diciembre de 2007

VIDEOS DE FAUNA IBÉRICA

ZORRO EN LA ESPESURA DEL MONTE MEDITERRÁNEO

TÓRTOLA TURCA

SOMORMUJO LAVANCO

CIERVO EN LA BERREA

AVIONES COMUNES COGIENDO BARRO PARA SU NIDO

MILANO NEGRO EN VUELO

CULEBRILLA CIEGA

AGUILA CULEBRERA EN VUELO


ARAÑA LOBO VS ESCORPIÓN



TÓRTOLA TURCA




MIRLO COMÚN




GAMOS PASTANDO



PROCESIONARIA DEL PINO



CULEBRA DE ESCALERA (1)



CULEBRA DE ESCALERA (2)



JILGUERO


©Emilio J. Orovengua


Nota del Editor.
Todos estos videos han sido grabados y editados por Emilio José Orovengua López y queda prohibida su copia o reproducción sin el permiso previo del editor.